La logística detrás de los JJOO de la Juventud

Andreani fue responsable de la operación logística de los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018.


Andreani concluyó con su rol de operador logístico de los Juegos Olímpicos de la Juventud, desarrollados en Buenos Aires durante octubre. Su desempeño, que incluyó prácticamente todas las tareas logísticas del evento, con excepción del traslado de deportistas, recibió elogios de la organización y el Comité Olímpico Internacional.
Gustavo Nascimento, director de Operaciones de los Juegos, explicó que “Buenos Aires 2018 significó 350 horas de transmisión deportiva en vivo durante 12 días y supuso muchísima planificación a lo largo de seis meses para proveer un servicio de tal complejidad, que no se daba en el país desde el mundial de 1978”.
Agregó que “Andreani superó altamente las expectativas de servicio y humanas: desde el cuerpo ejecutivo hasta los colaboradores que movilizaban materiales, estructuras y bienes, todos ellos lo hicieron con dedicación, previsión y siempre con una sonrisa”.
Entre otras tareas, Andreani fue responsable de recibir más de 90 contenedores de material deportivo e infraestructura de todas partes del mundo, y almacenar y custodiar su contenido en los distintos predios olímpicos; custodiar y distribuir más de 11.000 m3 de equipamiento deportivo, y preparar las ceremonias de premiación, incluyendo el armado y desarmado de podios y la administración y distribución de medallas, banderas y souvenirs.
Además, debió equipar los más de 1.150 departamentos y espacios comunes de la Villa Olímpica, lo que incluyó el traslado de casi 11.000 sillas o más de 12.000 muebles como mesas o armarios y demandó más de dos meses de trabajo, y el posterior desarmado total del mobiliario y equipamiento deportivo en los parques y sedes olímpicas de competencia y su distribución a distintas organizaciones del Estado y ONG.
También efectuó el movimiento de equipaje y equipamiento deportivo de atletas, entrenadores y Comité Olímpico de 206 países, en el arribo al país, las partidas desde la Villa Olímpica y entre parques y otras sedes de competencia, como, por ejemplo, bicicletas, botes o garrochas, y la disposición de maquinarias para montajes de escenarios de competencia y soporte a Prensa y Tecnología.
El director de Logística de Andreani, Ricardo Cruz, explicó que “llevar adelante la logística de unos Juegos Olímpicos es quizás uno de los desafíos más emocionantes para una empresa de nuestra actividad: se suele decir que es el operativo más complejo en tiempos de paz. Para nosotros gestionarlo del modo que lo hicimos es un enorme motivo de orgullo y, a la vez, una invaluable fuente de experiencia: creo que hemos dado otro gran paso adelante como organización”.
Para asegurar un servicio con altos estándares de calidad y planificación se formó un equipo multidisciplinario integrado por 291 personas, que incluyó Operaciones, Transporte, Tecnología Informática, Gestión de las Personas, Desempeño Ambiental y Seguridad, entre otros, coordinados por la Oficina de Gestión de Proyectos (PMO).
Además, dedicó una flota de más de 50 vehículos de diferentes portes, algunos de ellos adaptados para transportar embarcaciones y bicicletas de competición, y también una gran cantidad de maquinaria de trabajo como autoelevadores, plataformas o grúas, para estructuras y grandes volúmenes.
Si bien la competencia terminó el jueves 18 de octubre con la ceremonia de clausura en la Villa Olímpica, la compañía finalizó recientemente la última etapa del operativo, efectuando la redistribución de todos los elementos hacia su destino final.
Por otra parte, Gabriel Pérez, gerente de Desempeño Ambiental de Andreani comentó: “Seleccionamos unidades representativas del resto de la flota abocada al proyecto y se instalaron dispositivos de telemetría, para poder conocer consumos reales de combustible y contar con información fiable y certera para el cálculo de emisiones. Se entrenó además a los choferes en prácticas de conducción racional, además de gestión de residuos e incidentes”.
La medición de huella de carbono fue llevada a cabo por su equipo, acompañado por la asistencia metodológica bajo el rol de ‘knowledge partner’ del Consejo Empresario Argentino para el Desarrollo Sostenible. Todas las emisiones de gases de efecto invernadero resultantes serán compensadas a través de la iniciativa de la Fundación Banco de Bosques, cuyo objetivo es salvar bosques nativos en peligro a través del mecanismo de mitigación por forestación evitada.