El comercio sin dólares entre la Argentina y Brasil atrae poco

Sólo 0,5% del intercambio es en pesos y reales, por la crisis y los conflictos bilaterales.
 

Inaugurado hace siete meses con gran pompa, el Sistema de pagos en Moneda Local (SML), que permite a empresas de la Argentina y de Brasil comercializar sus bienes en pesos o reales, sumó apenas US$ 48 millones, un 0,5% del total de un intercambio bilateral que está en picada por la crisis económica. El régimen, que arrancó en octubre pasado, no convence al sector privado, pese al fuerte entusiasmo de los gobiernos de Cristina Kirchner y de Luiz Inácio Lula da Silva, que habían anunciado la "desdolarización" del comercio como primer paso hacia una moneda común.

Los resultados demuestran escepticismo por la desaceleración económica y por la pelea generada a raíz de las trabas al comercio. Según los datos oficiales del gobierno brasileño difundidos ayer -y procesados acá por la consultora Abeceb.com-, en abril las exportaciones a ese país cayeron un 9,4%, y las importaciones, un 40,1 por ciento.

El superávit bilateral de abril -el segundo consecutivo después de años de déficit- fue de US$ 32 millones, un 88% superior al mes anterior, con compras de 820 millones y ventas por 852 millones. Pese a las reiteradas quejas de los industriales locales, el signo positivo se consolidó porque desde enero las importaciones cayeron un 42,8%, mientras que las exportaciones se redujeron en un 27 por ciento.

La reducción de los volúmenes de intercambio tuvo su correlato en el escaso éxito del SML. Para el presidente de la Cámara de Exportadores (CERA), Enrique Mantilla, "muchas empresas consultaron por el sistema, pero pocas lo utilizaron porque, por un lado, genera algún ahorro [se estima entre el 2 y el 5 por ciento], pero a la vez no elimina la incertidumbre por las cuestiones cambiarias".

Cifras de la CERA y de la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (Fiesp) indican que el SML habría alcanzado unos US$ 8 millones mensuales, con operaciones que promediaron los US$ 10.000. Hasta ahora, participaron unas 70 empresas de Brasil y 66 de la Argentina, en su mayoría pymes. No se sumaron, como se pensaba, las compañías con un pie en cada uno de los principales socios del Mercosur.

El director de comercio exterior de la Fiesp, Ricardo Martins, expresó desde San Pablo que el sistema "no generó interés porque no cambia demasiado los beneficios para las empresas, que prefieren hacer sus operaciones en monedas fuertes [dólares o euros] antes que optar por otras débiles e inestables". "Los presidentes indicaron que este puede ser el embrión de la moneda común del Mercosur, pero el bloque primero debe tener negocios entre sí y solucionar los problemas que enfrenta para consolidarse", apuntó Martins.

Al respecto, fuentes empresariales indicaron: "El comercio está al rojo vivo por las trabas que impuso la Argentina y que redujeron el volumen tanto de las exportaciones como de las exportaciones". En esa sintonía, Dante Sica, de Abeceb, afirmó: "El comercio exterior está demasiado deprimido como para pensar en las leves ventajas financieras que da el SML".

El gerente de comercio exterior del Banco Credicoop, Enzo Mártire, dijo: "La parte operativa funciona bien porque el Banco Central trabajó bien con los bancos, pero hasta ahora las operaciones se están realizando en montos muy pequeños". Entusiasta, Arnaldo Bocco, director del Banco Central, opinó: "El sistema va a crecer en forma progresiva porque los gobiernos lo impulsan con la compraventa de energía y con líneas de prefinanciación de exportaciones en moneda local".

 

deNeXos – 05/05/09 – MT

Fuente: La Nación