La draga que no draga

Esta es la historia de una draga que no draga. Y en el Consorcio Portuario Regional de Mar del Plata el fenómeno ocurre seguido. Antes fue la Acróbata, ahora la Mendoza. Entre las dos se invirtieron millones propios y ajenos. Un fiasco.
 

 

Hace más de un mes que está estacionada en la Base Naval Mar del Plata y toda-vía no pudo completar un solo viaje con la cántara llena de arena del fondo de la boca de acceso al puerto local.

Más allá de que el Estado Nacional gastó una millonada de pesos para ponerla en valor y traerla a la ciudad para resolver la falta de profundidad del canal principal, la Draga 259 C Mendoza sigue quitándole el sueño a Eduardo Pezzati, presidente del Consorcio Portuario.

Porque la draga está rota. Y fue por ese motivo que Cristina Fernández de Kirchner se privó de subirse a la embarcación para ponerla en funciones y dejar de ese modo oficialmente inaugurado el plan de dragado.

Porque la draga no se puede separar del muelle. Hace unos días se rompió un guinche de proa cuando intentaba recuperar el ancla fondeada en el espejo de agua. Como pesa más de 1.500 kilos, es imposible recuperarla de otra manera que con el guinche.

La información fue confirmada por Luis Gavilán, secretario general del Sindicato del Personal de Dragado y Balizamiento (SIPEDyB), Seccional Necochea.

“Es una pieza que no tiene repuesto por lo que se la mandó a reconstruir a un taller de Mar del Plata. Esta semana calculo que la están reemplazando”, dijo el dirigente.

Al preguntársele por qué la draga tiene que fondear el ancla en el muelle, y si no hay protección de gomas, Gavilán reconoce que “parece que no, porque tiran el ancla justamente, para que no golpee y se dañe contra el muelle.”

La Draga llegó el 22 de abril a la mañana. Pezzati en persona la fue a recibir mientras amarraba en la Base Naval. Con sonrisa de Colgate, atendía a la prensa y daba detalles del comienzo inminente de la obra, de la necesidad de dragar el interior de la Base para la llegada de los veleros que participarán de la regata del Centenario, del fuerte compromiso de la Nación con Mar del Plata, etc, etc, etc.

Pasaron veinte días y la draga seguía amarrada en la Base. Algunos malpensados, y con los últimos antecedentes de la Draga Acróbata, comenzaron a dudar de la verdadera operatividad de la 259.

Para despejar las dudas, desde el Consorcio se decidió montar un show mediático. Nada mejor que invitar a algunos medios a dar una vuelta, siempre dentro de la Base, y remover un poco de arena del fondo. Para eso le alcanza y sobra.

Más allá de que desde el Consorcio se olvidaron de invitar a este medio, el operativo se llevó a cabo el 10 de mayo. Las crónicas –de los medios que sí fueron invitados– dan cuenta de nuevas promesas del presidente del Consorcio.

“En pocos días la draga va a comenzar a operar sobre el canal alternativo de acceso. El objetivo es recuperar 100 metros de ancho y 30 pies de profundidad”, dijo siempre entusiasmado Pezzati.

Es más o menos el trabajo que debía hacer la “Acróbata”, que todavía está amarrada en la Escollera Norte, interdicta por la Justicia Federal a pedido del SI.CO.NA.RA, que le puso freno al tendal que había dejado Dragamais Argentina.

La industria pesquera y portuaria ya sabe que si para el Consorcio son “pocos días”, debe esperar meses. Sin ir más lejos, la draga llegó en abril, cuando la pro-metieron para septiembre del año pasado.

La realidad sigue refutando a Pezzati. Ya se cumplió más de un mes desde que se integró a la postal de la Base Naval y la Draga no mueve. Y no sólo por el problema del guinche de proa. Porque como diría un vendedor ambulante arriba del colectivo, “como si esto fuera poco, hay más”, en este caso ya no para “la cartera de la dama o el bolsillo del caballero”, sino malas noticias sobre el buque que pertenece a la Subsecretaría de Vías Navegables de la Nación.

El manual de la 259 C Mendoza dice que la embarcación mide 116 metros de eslora, tiene dos bombas de inyección de agua y cuenta con cuatro propulsores marca Siemens que se encargan de mover las hélices que le permiten trasladarse y posicionarse en los distintos sectores que debe dragar.

El problema es que llegó a Mar del Plata sólo con tres propulsores. Le falta uno. El propulsor que falló en las pruebas que se le hicieron en Tandanor, antes de viajar para acá, parece que volvió a fallar y tuvo que ser extraído de la sala de máquinas de la nave.

El infortunio también fue confirmado por el secretario general del SIPEDyB. “Puede dragar, pero necesita los cuatro para trabajar con más fuerza”, dijo Gavilán.

Gavilán explicó se está reparando en Buenos Aires donde se le extrajeron los 16 carbones vitales para su funcionamiento. Si bien es un motor de grandes dimensiones, no es difícil instalarlo”.

Consultado un ingeniero naval sobre las consecuencias de operar con un motor menos, el profesional, aseguró que “es imposible que trabaje de manera correcta”.

El Ministerio de Infraestructura de la Nación invirtió más de 6 millones de pesos en su reconstrucción y puesta en valor durante más de seis meses en Tandanor. El Consorcio ya recibió 17 millones para gastos de combustible y reparaciones menores. Ofrecen puestas en escena para los medios de pr
ensa.

Agradecen, prometen y anuncian. Nadie dice la verdad y mucho menos, se hace responsable. Mientras tanto, la draga no draga. Y en el puerto de Mar del Plata casi no es noticia.

deNeXos – 03/06/09 -MT

Fuente: Revista Puerto