Puerto en revisión

La AGP ordenó un análisis integral de lasconcesiones y de las propuestas de renovación presentadas por las empresas parael puerto de Buenos Aires y llamará a licitación de la terminal 6, según unanota de Emiliano Galli

La granmuralla china no podría haberse erigido en la Argentina porque ningúnpolítico hubiera puesto el primer ladrillo consciente de que no viviría parainaugurarla.

Las grandes obras son susceptibles desufrir esta suerte en laArgentina. El puerto de Buenos Aires es el mismo desde hacemás de 100 años. Pasaron administraciones, gestiones públicas y privadas, y másrápido pasaron los cambios de las industrias a las que el puerto sirve: elcomercio exterior y el transporte marítimo.

Llegaron los contenedores, sí, ypudieron instalarse grúas. Pero los muelles, construidos a 10 metros, estánobsoletos. Los nuevos barcos demandan más. El canal de acceso norte no puedeseguirle el ritmo en profundidad al canal Emilio Mitre (entrada a la hidrovía)no porque no pueda, sino porque de una profundidad de 13 o 14 metros se llegaría aun muelle a 10.

Al momento de la licitación setrabajó con un buque de diseño de 180 metros de eslora y 2500 TEU de capacidad.Hace pocos meses llegó uno de 300 metros de eslora y 7000 TEU de capacidad(el Santa Clara, de Hamburg Süd, que recaló en Terminal 4).

La Administración General de Puertos (AGP) y lasconcesionarias de las terminales 1, 2 y 3 (Terminales Río de la Plata, de DP World), 4(Terminal 4, de APM Terminals) y 5 (Bactssa, de HPH) llevan años "al tantodel tema".

Lo que ahora se pretende es lo quefaltó en el pasado: tomar una decisión rápida sobre qué necesita el puerto deBuenos Aires a partir de las propuestas que han ido presentando las terminales.

En ese sentido, la AGP publicó a fines de enerola resolución 6/2011 que establece que se someterá a "una revisión"integral y armónica de todas las propuestas individuales de inversiónnecesarias para actualizar la infraestructura del puerto para "afrontarlos cambios" que ya se están materializando.

Al mismo tiempo, anuncia que seprocederá a la licitación de la terminal 6, para lo cual se creó un Grupo deTrabajo para realizar un nuevo análisis del proyecto de licitación original,que contemple la decisión judicial que frenó la licitación original.

Lo que se pretende, por otra parte,es que el nuevo llamado a licitación de la terminal 6 sea"compatible" con las distintas presentaciones hechas por losconcesionarios del resto de las terminales quienes, además, podrán también presentarseen la nueva licitación, que todavía no tiene fecha. Es decir, luego del"análisis y revisión de las concesiones" encarado por la AGP, lo que surja será un"proyecto integral" que: sugiera qué le conviene al puerto a partirde las propuestas de los concesionarios y con la inclusión de la licitación dela terminal 6.

"Las tres terminales presentaronpropuestas de las inversiones que están dispuestas a hacer para adecuar alpuerto de Buenos Aires a los nuevos buques", señaló en diálogo con LA NACION Oscar Vecslir,interventor de la AGP.

El pedido de revisión integral de lasconcesiones surgió desde los despachos del Ministerio de Planificación y la Secretaría deTransporte, como respuesta a los reclamos cada vez más urgentes demodernización de la infraestructura portuaria, dragado de los canales de accesoe interiores del puerto.

Según pudo saber LA NACION, si se suman laspropuestas privadas de inversión -sobre todo en obra civil, como muelles- conla nueva licitación de la terminal 6 se llega a un monto de entre 1200 y 1500millones de dólares.

"Tenemos que elevarle alministro (de Planificación, Julio De Vido) la propuesta de diseño más aceptablepara un puerto que tiene una cota de crecimiento, que tiene que acompañar coninversiones a los privados", aseguró Vecslir.

Respecto de la terminal 6 señaló quese revisarán los pliegos originales "para ponerlos en sintonía yconsonancia con las propuestas de las terminales y elevar así un único",añadió.

Se pretende así reparar"errores" del pasado cuando, en la privatización, primó como únicocriterio la competenci
a, y se terminó con demasiadas terminales para elmovimiento operativo de entonces, y ahora.

La revisión deberá contemplar desdela voluntad de Bactssa de hacerse de la terminal 6 (fue uno de los que sepresentó en la licitación anterior, y persisten las garantías de mantenimientode oferta) hasta la intención de Terminal 4 de incorporar a Terbasa, para locual se deberá pasar primero por Defensa de la Competencia porque setrata de un nuevo territorio agregado a la terminal 4 que precisa, además, delvisto bueno del resto de los concesionarios.

¿Qué posibilidades ofrece la terminal6 o qué proyectos podrían emprenderse allí? Imposible fue sondear qué voluntadoficial existe al respecto. No hay hipótesis predominante entre las siguientes:operar como terminal de apoyo; como terminal feeder; ganar 70 hectáreas al río(como establecía el pliego original), o rellenar la dársena F para que sirva deplaya de maniobras para la terminal. Todo es posible, y la mejor idea que seelevará surgirá de la revisión lanzada.

"Deberíamos elevarle al ministroel escenario más prolijo, diría yo, para el puerto de los próximos años. En lospróximos 60 días deberíamos ya contar con un anteproyecto que recoja la opinióngeneral", amplió Vecslir.

No será una decisión única, tal vezserán varias, en distintos momentos. Pero aseguran que habrá un hilo conductoren esta nueva novela portuaria por entregas.

Repercusiones

Distintosempresarios portuarios y ejecutivos de los concesionarios consultados por LA NACION se limitaron adestacar los "detalles de color" que acompañan a esta resolución, yque pintan el nuevo estilo de gestión: más bien ejecutivo y dado a los pequeñosobjetivos, logrados, que a los planes grandilocuentes. Están cómodos con el"paso a paso".

Así, uno de los empresarios celebróque se esté trabajando "en los marcos jurídicos que le den sustentabilidadal proceso" y que permitirán, en última instancia, "posicionar alpuerto en el futuro, previendo que las concesiones llegan a su fin".

"La verdad es que nadie sequiere ir del puerto de Buenos Aires. Y para quedarse, hay que hacer todo loposible para tornarlo viable y competitivo", añadió.

Podría arriesgarse que las propiasterminales -que no dejan de ser subsidiarias de los mayores gruposinternacionales operadores de puertos- pretenden para Buenos Aires condicionessimilares a las que existen en el exterior.

Así, es dable suponer que trabajaronen presentaciones con buques de proyecto de entre 310 y 330 metros de eslora, ymuelles con un mínimo de 12metros, y más cercanos a los deseables 14 metros, tal comoexiste prácticamente en los puertos más importantes de la costa este de Américadel Sur.

El dilema que enfrentan lasterminales de Puerto Nuevo hoy es que si bien pueden recibir buques de más de 300 metros de eslora,porque el muelle da en el largo, el calado les juega en contra.

"Hay momentos que son bisagra enla historia. Para el puerto de Buenos Aires, este es uno de ellos. La Plata está avanzando con dosterminales y el contexto está condicionando: o se potencia al puerto, o se losepulta", destacó un ejecutivo portuario.

Ahora bien, ¿Están dadas lascondiciones para que los privados realicen las inversiones que propusieron? Obien, ¿Condicionan las inversiones a obras por parte del Estado?

"No podemos dragar los actualesmuelles a más de 10 metrosporque le sacás la base de sustentación. Se caen. Necesitamos nuevosmuelles", arriesgó otro directivo del puerto.

La revisión es tan necesaria como elmarco jurídico que emane de ella. Sucede que los años de concesión que restanantes de que venzan las actuales no se condicen ni soportan el monto de lasinversiones en muelles, ni los plazos necesarios para su amortización.

Por otro lado, si no se hacen estasinversiones, el puerto no tiene futuro cercano.

Este es el acuerdo tácito al quellegaron los concesionarios junto con la Administración Generalde Puertos y el Ministerio de Planificación.

"Un período razonable para elrepago de inversiones en obras civiles de esta magnitud es 20 años",ejemplificó otro empresario.

¿Cómo se logra convencer a losaccionistas y directores de estos holdings portuarios de seguir invirtiendo enun puerto "atenazado" como el de Buenos Aires?

"Simple: ¿Quieren mantenerse enel principal puerto de laArgentina o no?", razonó uno. No hay que olvidar que, enel exterior, no dejan de ver al país como un país emergente, en crecimiento.Una señal jurídica como la actual, orientada a disminuir la incertidumbre,debería oficiar de aliciente suficiente.

Hay mercado

Y si losprivados ven que el puerto responde y se pone en movimiento, lo seguirán,porque claramente "hay un mercado en Buenos Aires", destacan.

La terminal 5 es tal vez, de todas,la que necesita señales más preclaras y las que menos tiempo tiene para esperardefiniciones. Su concesión se termina en octubre del año próximo. Por estamisma razón, todo guiño oficial cuenta. Y toda acción que haga la terminal en posde mejorar la operatividad es más que un símbolo. Era hasta ahora un salto sinred: "Es muy positiva esta resolución, la esperamos desde hace muchotiempo y en la práctica es sentarnos para ver qué se puede hacer con el actualmarco legal", indicaron fuentes cercanas a la terminal.

Una estimación privada arriesga quehacer un muelle nuevo puede implicar desembolsar 200 millones de dólares yalgunos años para verlo operativo. Y por lo menos dos décadas para amortizarlo.

Mientras en La Plata, las concesiones delas terminales de Berisso y Ensenada se otorgan por 30 años, Puerto Nuevo lohizo por 18 y 25 años. No hubo obras de infraestructura relevantes por el ladode las terminales, salvo la que encaró Terminales Río de la Plata en la punta de unespigón, que demandó 40 millones de dólares.

Hay otra cuestión: en los últimoscinco años fue que se precipitó la llegada de megabarcos, con lo cual loacuciante del momento comenzó a entenderse hace relativamente poco tiempo. Yesta razón explica también la pereza que reinó en el ámbito estatal, que nosupo o no quiso anticiparse.

"Presentamos una serie de idaspara mejorar la infraestructura portuaria y prepararla para dar cabida a buquescomo el Santa Clara [de Hamburg Süd], cuya llegada fue un hito", indicarondesde Terminal 4, responsable de recibir al buque más grande que recaló enBuenos Aires, con 300metros de eslora y 7000 TEU de capacidad. Este domingo,el Maipo de CSAV, lo destronará con 305,6 metros deeslora.

A Terminal 4 le quedan ocho años deconcesión. "No es una unidad de tiempo afectable a los montos de inversiónnecesarios", coincidió un especialista en puertos que pidió reserva de sunombre.

El ordenamiento del tráfico en laszonas portuarias, el posicionamiento de camiones, la posibilidad de incrementarla capacidad de los depósitos de almacenamiento de contenedores y tener algo de"margen" para situaciones de sobrecarga coyuntural como la actual-debido al congestionamiento de los puertos de Brasil y al bloqueo de lascargas paraguayas- son algunas de las recomendaciones que todos elevaron, segúnpudo reconstruir LA NACION.

Hay lugares operativos que BuenosAires no está aprovechando. Pero, como siempre, todo necesita su recorridolegal, múltiples sellos y venias oficiales en un contexto político que, encima,atraviesa por uno de esos años de elecciones.

Los privados tienen otros tiempos,por supuesto. Y siempre tienen a mano la experiencia de una concesión hermanade su holding donde "todo" es diferente.

No obstante, no se quieren ir deBuenos Aires. Saben que hay mercado, que la Argentina crece y que"levantar campamento" implica que otro vendrá rápidamente a ocupar sulugar.

En definitiva, Buenos Aires respira"coincidencias". Avanza a paso lento, pero todos están de acuerdo conel rumbo elegido.

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Fueron lospliegos vendidos por la Administración General de Puertos (AGP) en lalicitación internacional para el dragado. A fines de este mes se abrirán lossobres con las ofertas, y en marzo se conocerán las propuestas para la bocanade acceso al puerto: hoy está en 200 metros, y hay que cortarle 100 metros a laescollera (arriba, porque abajo son al menos 150) para dejar una apertura depor lo menos 300 metrosa la zona de giro

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La terminalcuya licitación se llam
ará en breve tiene múltiples posibilidades de desarrolloen carpeta. En una primera etapa podría usarse sólo el muelle y en una segundaetapa se rellenaría el espacio en la dársena F (frente a las areneras) paracrear una playa de maniobras. Los actuales concesionarios pueden presentarse. Yde los tres, Bactssa fue el único que concursó en su momento y mantiene lasgarantías de su oferta

 

Redacción deNeXos

Fuente: La Nación

EP – 16/02/2011