El camión es hoy un indiscutible protagonista en las operaciones de comercio exterior, por el volumen de cargas que transporta. Sin embargo, durante más de la mitad del tiempo que transcurre un viaje, los choferes padecen serias dificultades.
Infraestructuras deficientes y desinteligencias logísticas se suman a problemas eventuales que pueden ocasionar tanto las inclemencias climáticas, como huelgas y piquetes, lo cual se traduce en camiones parados y choferes desprotegidos en las rutas del país. El panorama fue trazado recientemente por representantes de la Asociación de Transportistas Argentinos de Carga Internacional (Ataci).
A diario, la situación del transporte internacional terrestre presenta serias dificultades. “En un 60% de su tiempo los choferes de camiones se encuentran con tropiezos en la aduana o en la ruta. Podemos decir que entre 30 y 40 días al año, cada camión queda parado por distintas circunstancias", puntualizó Eduardo Furlong, presidente de esa entidad, quien describió cómo es el mapa que revela los mayores trastornos: “La gran mayoría del transporte de carretera es con Brasil y Chile. Con el primero se complica por la complejidad que se da en los pasos fronterizos, tanto de un lado como del otro, lo cual ocasiona demoras notables y es sabido que el camión produce si se mueve”.
Con respecto a Chile, señaló que “el tráfico está más organizado, aunque es común que nos encontremos con rutas obstruidas por fenómenos naturales, como son las nevadas, que nos generan pérdidas de tiempo y dinero, y es el transportista el que asume el costo”. A esta situación agregó la posibilidad de paros o piquetes y la falta de una infraestructura adecuada para cualquier caso en el que los choferes deben afrontar largas esperas: “Por ejemplo, faltan baños y lugares aptos para descanso”.
Furlong instó a “generar un trabajo integrado de planificación, que permita coordinar el traslado de las cargas de una manera más efectiva, para evitar viajes que hoy no se resuelven en los tiempos adecuados, porque de pronto un camión tiene que ir y venir de un lugar a otro, haciendo distintas paradas entre la fábrica, la planta, para después retomar el mismo camino”.
Para encarar estos problemas, el empresario consideró “fundamental que las entidades representativas del transporte internacional mantengan contacto permanente con aquellas que representan a exportadores e importadores, pero también a todas las actividades con alguna vinculación en las operaciones diarias, como despachantes de aduana y también, sin dudas, con las autoridades respectivas, tanto de Transporte, como de Aduana, Migraciones, Senasa y Gendarmería Nacional, entre otros”.
Furlong hizo estas advertencias, al participar del panel ‘Nuevos escenarios del transporte internacional’, que se desarrolló durante el último aniversario de la Cámara de Exportadores. En el mismo ámbito, otro directivo de Ataci, Silvia Sudol, coincidió en que “hay unas cuantas cuestiones que resolver, tanto en los aspectos normativos como operativos”, entre los que mencionó la necesidad de mejorar la infraestructura en rutas y puentes.
“El transporte automotor de cargas en general y también el internacional, representa alrededor de un 80% del total de las cargas transportadas y no difiere mucho en el resto de los países de la región”, acotó Sudol y, por lo tanto, estimó que “es un elemento clave en el proceso de exportación e importación de productos, tanto para el comercio exterior de nuestro país como de todos los países del mundo”.
Sudol subrayó que “el camión se constituye en un gran protagonista en este proceso” y resaltó que las empresas de transporte internacional “están muy ligadas al desarrollo de todo el sector externo argentino; cuanto más movimiento existe en exportaciones e importaciones, las mismas ven mejores perspectivas para su crecimiento”.
Redacción Expotrade. Para el suplemento
Transporte y Logística del diario La Nación