Andrés Germano, de Pedernales, condujo la única tripulación argentina en la categoría camiones, junto a su hermano.
«Esta competencia tiene eso que no sé cómo explicarlo. No tenía ánimo para nada, pero sí me inscribí para competir en camiones, como el año pasado», se emocionó Andrés Germano, cuando recordó el inicio de esta aventura, tan particular para los propios protagonistas que después de jornadas duras y de mucha entereza, suelen desbordarse con la emoción.
Oriundo de la pequeña ciudad de Pedernales, en el partido de 25 de Mayo, provincia de Buenos Aires, Andrés, junto con su hermano Esteban, integra la única tripulación argentina en la categoría de los más pesados del Dakar. «Mi vida pasa por los camiones. A los 3 años me revolcaba en la tierra empujando camioncitos. Aprendí a manejar arriba de un camión y ahora mi actividad se basa sobre el transporte con camiones. Esto es mi pasión y lo traslado a esta aventura que es única», relató.
Los hermanos Germano compitieron en un Man, el número 526. «Lo quiero tanto al camión que lo bauticé Búfalo. Por supuesto que hay que hablarle, hay una linda comunicación entre la tripulación y el camión», bromea Andrés.
«Mi papá tenía dos camiones y vendía materiales para la construcción. Yo conduzco un camión de serie, uno de los últimos que quedan acá. Los de punta son vehículos infernales. Por supuesto que manejar estos camiones difieren de los autos, es otra cosa», explica Andrés, de 43 años.
Sobre el futuro de la categoría, Germano tiene certezas: «Me parece que éste es el último Dakar con camiones de serie. La categoría evolucionó muchísimo. Y en ese camino, a mí, después de haber ganado en mi categoría en 2014, y ahora casi por completar la vuelta, me encantaría probar en un Dakar con un camión de punta. Para ello, debería contar con un presupuesto acorde y con apoyo. Pero veremos. Nunca pierdo la fe. De eso se trata el Dakar, de avanzar pese a todo».
NG-20 de enero de 2015 / Fuente texto y foto: canchallena.lanacion.com.ar



