La pampa era una inmensa soledad.
La abundancia de espacio y la escasez
de recurs° les daban ma’s oportunidad
a las tapas de carreta pero eran ma’s
pesadas, se sacudian violentamente
sobre esos caminos irregulares y carecian
de comodidades para el transporte
de personas.
El progreso del pais hizo necesario
el establecimiento de un media de
comunicacion mas a.gil, economic°,
regular y asi surgieron las diligencias
que a su vez dieron origen a la
formaciOn de empresas dedicadas a
la explotacion de mensajerias. Popularizadas
por su uso en la conquista
del sects norteamericano, aqui fueron
ampliamente usadas para llevar
pasajeros y tambien eran conocida.s
coma cochecorreo.
En nuestro pais eran grandes caches
de 4 ruedas tirados por varias
yentas de cabanas enganchadas a una
larga cadena por correas de cuero, a
una conveniente distancia. Algunas
veces montados con sus jinetes; otras,
con sus postilion., provistos de un
largo latigo con el que castigaban a
las bestias y les animaban con sus
gritos cuando tenian que cruzar un
paso con obstaculos. En la parte superior
tenian una baranda donde than
atadas con lonjas de cuero las encomiendas
y los equipajes. Los asientos
no debian medir menos de 42 cm. Les
estaba prohibido llevar animales dento
del carruaje; «sOlo se les permitia
colorer pajaros enjaulados sabre el
imperial si hubiese lugar».
El conductor no permitia que duerma
nadie dentro, especialmente cuando
el pasaje de un rio ofrecia dificultad.
Hacian hasta 25 leguas por dia y la tarifa
era de 5 pesos moneda corriente
por cada legua recorrida. Podian Hever
un colchon para asegurarse un
buen dormir en las postas, que eran
unos precarios ranchos ubicados en
parajes despoblados, provistos de corrales
con pozos de aqua.
Cuenta la historia
En 1854 se presentan los senores
Juan Rusifiol y Joaquin Filial ante
el gob ierno de la confederation
proponiendo el establecimiento de
lineas de mensajeria, la organizaciOn
del personal, la edification de
pastas y puentes, la mejora de ca
minas, la fabricaciOn de cOmodos
carruaj es, asegurando la regularidad
del servicio. Su propuesta es
aceptada por un decreto dell de junio
de 1854 y surge la empresa Nacionales
Iniciadores. A los duefios
se los designo directores de mensaj
erias, postas y caminos.
La primera linea fue de RosarioCardoba
hacienda dos viajes redondos por
mes. Cada diligencia transportaba de
14 a 16 personas y se les perrnitia un
equipaje de hasta una arroba y media
de peso. El pasajero debia llevarse
todo lo necesario para beber y comer
porque no habia seguridad de conseguirlo
durante el viaje.
Las mensajerias se multiplicaron;
y asi aparecieron las Mensajerias Argentinas
que llegaban hasta la Patagonia;
La Protegida de Navarro y Lobos;
y mensajeria Los Antiques Mayorsles,
entre otras.
Eran populares y aristocraticos;
viajaban Canto el estanciero rico coma
el gaucho pobre, el presidiario
con sus grillbs y los milicos que to
custodiaban. Y asi chirriando y traqueteando
cumplieron una mision
especial al facilitar la comunicacian
de los pueblos.
Las carretas, las diligencias, los
servicios de mensajeria, fueron sucesivos
eslabones del progreso y eran
como brazos extendidos hacia el intehor
y mantuvieron su primacia
hasta que aparecieron los «caminos
de hierro», el ferrocarril, que los va
desalojando paulatinamente.
La autora es historiadoca especializada en medios
de transporte carreteros y ferroviari
La abundancia de espacio y la escasez
de recurs° les daban ma’s oportunidad
a las tapas de carreta pero eran ma’s
pesadas, se sacudian violentamente
sobre esos caminos irregulares y carecian
de comodidades para el transporte
de personas.
El progreso del pais hizo necesario
el establecimiento de un media de
comunicacion mas a.gil, economic°,
regular y asi surgieron las diligencias
que a su vez dieron origen a la
formaciOn de empresas dedicadas a
la explotacion de mensajerias. Popularizadas
por su uso en la conquista
del sects norteamericano, aqui fueron
ampliamente usadas para llevar
pasajeros y tambien eran conocida.s
coma cochecorreo.
En nuestro pais eran grandes caches
de 4 ruedas tirados por varias
yentas de cabanas enganchadas a una
larga cadena por correas de cuero, a
una conveniente distancia. Algunas
veces montados con sus jinetes; otras,
con sus postilion., provistos de un
largo latigo con el que castigaban a
las bestias y les animaban con sus
gritos cuando tenian que cruzar un
paso con obstaculos. En la parte superior
tenian una baranda donde than
atadas con lonjas de cuero las encomiendas
y los equipajes. Los asientos
no debian medir menos de 42 cm. Les
estaba prohibido llevar animales dento
del carruaje; «sOlo se les permitia
colorer pajaros enjaulados sabre el
imperial si hubiese lugar».
El conductor no permitia que duerma
nadie dentro, especialmente cuando
el pasaje de un rio ofrecia dificultad.
Hacian hasta 25 leguas por dia y la tarifa
era de 5 pesos moneda corriente
por cada legua recorrida. Podian Hever
un colchon para asegurarse un
buen dormir en las postas, que eran
unos precarios ranchos ubicados en
parajes despoblados, provistos de corrales
con pozos de aqua.
Cuenta la historia
En 1854 se presentan los senores
Juan Rusifiol y Joaquin Filial ante
el gob ierno de la confederation
proponiendo el establecimiento de
lineas de mensajeria, la organizaciOn
del personal, la edification de
pastas y puentes, la mejora de ca
minas, la fabricaciOn de cOmodos
carruaj es, asegurando la regularidad
del servicio. Su propuesta es
aceptada por un decreto dell de junio
de 1854 y surge la empresa Nacionales
Iniciadores. A los duefios
se los designo directores de mensaj
erias, postas y caminos.
La primera linea fue de RosarioCardoba
hacienda dos viajes redondos por
mes. Cada diligencia transportaba de
14 a 16 personas y se les perrnitia un
equipaje de hasta una arroba y media
de peso. El pasajero debia llevarse
todo lo necesario para beber y comer
porque no habia seguridad de conseguirlo
durante el viaje.
Las mensajerias se multiplicaron;
y asi aparecieron las Mensajerias Argentinas
que llegaban hasta la Patagonia;
La Protegida de Navarro y Lobos;
y mensajeria Los Antiques Mayorsles,
entre otras.
Eran populares y aristocraticos;
viajaban Canto el estanciero rico coma
el gaucho pobre, el presidiario
con sus grillbs y los milicos que to
custodiaban. Y asi chirriando y traqueteando
cumplieron una mision
especial al facilitar la comunicacian
de los pueblos.
Las carretas, las diligencias, los
servicios de mensajeria, fueron sucesivos
eslabones del progreso y eran
como brazos extendidos hacia el intehor
y mantuvieron su primacia
hasta que aparecieron los «caminos
de hierro», el ferrocarril, que los va
desalojando paulatinamente.
La autora es historiadoca especializada en medios
de transporte carreteros y ferroviari