Natacha Calero Barber, líder del programa Conductoras de Scania Argentina, destacó el desafío de incorporar mujeres al mercado del autotransporte.
En todos los mercados a nivel global será necesario tener este tipo de acciones más asertivas para que se sumen personas que no estaban en el radar.
Con la graduación de la séptima edición de “Conductoras” de Scania Argentina, el autotransporte de cargas en el país sumó en total 84 egresadas. Este proyecto de formación profesional para mujeres, que ya es modelo a nivel global, apunta a impulsar la igualdad de género en el sector. Al respecto, Natacha Calero Barber, líder del programa, destacó los múltiples desafíos que implica la iniciativa.
La directiva también señaló que una de las razones del éxito y crecimiento de “Conductoras” es la colaboración de empresas y entidades. Con mucho terreno por ganar, Calero Barber aboga no solo por un cambio cultural que facilite la llegada de mujeres al volante, sino que garantice condiciones de permanencia y desarrollo profesional en igualdad con sus pares varones.
¿Qué balance hacés de los siete años de Conductoras?
“Conductoras” es una beca que se creó en Argentina, en un mercado donde hay una gran necesidad de choferes profesionales, pero sobre todo donde hay una gran brecha de género. Las cifras no hablan por sí solas. Cuando arrancamos, el 0,4% de las licencias correspondían a mujeres, hoy podemos decir que llega al 1,2%. “Conductoras” muestra a las mujeres que este sector también es un lugar para ellas, que tiene un montón de oportunidades laborales, con sueldos de calidad y trabajo en blanco. Ese es su fuerte, más allá de las 12 mujeres que se egresan cada año y que se insertan en la actividad. En la FPT (Fundación Profesional para el Transporte) nos ha dicho que en este tiempo el Curso de Chofer Profesional era mixto, toda la vida lo fue, pero no se presentaba ninguna mujer. A partir de este programa, lo empezaron a hacer. Ahora realmente podemos decir que el curso es mixto. Eso es un orgullo para Scania, la FPT y para todas las personas participantes.
¿Qué significa la colaboración de las empresas y entidades?
Hay empresas muy grandes que estuvieron haciendo un esfuerzo para que esto crezca, como Quilmes, YPF y ahora Yusen Logistics. Ni hablar de los transportes que apostaron, que fueron los pioneros tomando a las egresadas en sus planteles y no se han arrepentido. Cada vez quieren tomar más mujeres. “Conductoras” es eso: el gran esfuerzo de muchas entidades, organizaciones y personas comprometidas. Realmente es abismal la diferencia entre la primera edición y la séptima, no solo por los contenidos que hemos ido sumando, las necesidades y adecuaciones, sino por el reconocimiento que tiene y cómo se hace mucho más fácil el acceso de ellas al mercado laboral.
¿Cuántas mujeres formó el proyecto?
Con esta edición, podemos decir que es un gran orgullo tener 84 egresadas. “Conductoras” me llena el alma. Tuve la suerte de entrar en Scania en 2018, justo cuando empezamos a tener estas conversaciones. Es una gran responsabilidad que hayan confiado en mí y que me permitan todos los años proponer ideas. Muchas veces pueden sonar un poco disruptivas, pero las abrazan realmente. Es un orgullo formar parte de esta empresa.

¿Cuánto dura el programa?
Son tres semanas de capacitación virtual y un mes en Buenos Aires para la práctica. O sea, terminan siendo casi dos meses. Pero también hay un período de tres meses de preselección, donde rinden un examen y deben cumplir con un montón de requisitos, como un test vocacional, un gabinete psicológico, el psicofísico, además de presentar mucha documentación. Están seis meses con el proyecto. Nos tomamos muy en serio que los perfiles sean los adecuados para lo que se necesita hoy en el mercado y que sean mujeres que buscan dedicarse a la actividad.
¿Qué mecanismo utilizan las empresas transportistas para incorporar nuevas conductoras?
De las 72 mujeres que egresaron en las seis ediciones pasadas, más del 70% se encuentra trabajando. Alrededor de la idea de tomar mujeres hay muchos miedos. Están basados en la falta de infraestructura y de baños en las rutas o por la relación con los compañeros de trabajo. Por eso Scania hace mucho foco en darles herramientas a los transportes. Tenemos una guía de buenas prácticas para la inserción, pero sobre todo para la permanencia, para que la mujer que ingresó no sea expulsada por la realidad, por lo que suceda con sus compañeros o lo que sea. Hablamos de capacitación, protocolos de violencia y de acoso laboral. Conversamos sobre un montón de cuestiones que tienen que ser tomadas en cuenta a la hora de tomar una mujer. Como todo cambio cultural, no se hace un día para el otro. Es un esfuerzo muy grande que hay que hacer para tener todas esas acciones bien asertivas, a fin de que ellas puedan permanecer. Tenemos que enfocarnos en esas personas que tienen más miedo, más recelo y que todavía no entienden este cambio.
¿Hay una tendencia por parte de las empresas a abrirse a ese cambio?
Sí, ya hace años tenemos el empuje del sector privado y el público. La realidad es que hay muchas empresas y universidades que están interesadas. El logo del programa no tiene la marca Scania, porque queríamos que cualquier empresa lo pueda tomar como propio. Buscamos que se replique en todo el país y ceo que hemos avanzado mucho.
“Conductoras” también se está exportando a otros países. ¿Cómo se está implementando?
La necesidad de conductores es a nivel global. La IRU publicó un informe en el que advierte que la falta de conductores se convertirá en una crisis en los próximos años. En todos los mercados a nivel global va a ser necesario tener este tipo de acciones más asertivas para que se sumen personas que no estaban en el radar, como las mujeres o gente más joven. Pero para eso la profesión debe ser más atractiva, que atraiga el talento. En América Latina encontramos la misma brecha de género, con la misma amplitud que en Argentina. Fue muy fácil replicarlo en Perú, México y Chile, y fue muy bien aceptado. En Colombia, se hará próximamente. En Ucrania, ya se realizó una edición, donde el conflicto bélico demanda tener mujeres al volante. Cada país, con sus bemoles, tomó el nivel de profesionalismo que tiene la beca argentina, que es muy alto.




