Arriazu dijo que "hay un cambio de tendencia" y que en el plano financiero ya pasó lo peor.
Ricardo Arriazu, quizás uno de los economistas ortodoxos más consultados del país, cree que el derrumbe de la actividad global comenzó a revertirse. Lo dijo ayer, durante un almuerzo de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE), en el que medio centenar de hombres de negocios escucharon críticas de los dos panelistas invitados, Arriazu y el analista internacional Carlos Pérez Llana, a la dirigencia local.
Arriazu tenía a su cargo el análisis de la coyuntura económica. La mayor parte de su presentación estuvo dedicada a la crisis financiera global, pero a la hora de hablar sobre la Argentina dejó de lado los números. Dijo que aquí una parte importante de la crisis se debe a un problema de dirigencia.
Sobre el final, al responder una pregunta, reiteró el concepto: "Una de las grandes falencias ha sido la dirigencia, en todos sus niveles. La Argentina necesita un enorme cambio de su dirigencia".
Pérez Llana compartió esta visión, a la cual le sumó otra perspectiva, al recordar el giro hacia la transparencia que ocurrió en los países de Europa del Este tras la caída del comunismo. "Acá se mintió por opción o por omisión. Hubo críticos en privado que en público decían otra cosa. Y en esta gran mentira colectiva, todos hemos sido cómplices. No se podrá salir si no es con la verdad", dijo.
No se trata, en rigor, de la primera vez que se escuchan críticas a la dirigencia empresarial en un encuentro de ACDE, una agrupación de dirigentes, no de empresas. Ya en el encuentro anual realizado el año anterior, el presidente de ACDE, Adolfo Ablático, había criticado el papel de los empresarios. "Hay que ejercer el derecho a disentir. Veo eso como un pecado de omisión. No creo que sea una visión extendida, pero sé que es así para algunos empresarios", dijo en ese entonces. El próximo encuentro anual se realizará el 25 de junio, días antes de las elecciones legislativas, una fecha que se cerró antes del cambio en el cronograma electoral.
Nuevo contexto
En un escenario económico mucho más complicado que el del año pasado, y en la antesala de una elección, la crítica de los panelistas en el almuerzo en el que se presentó el próximo encuentro anual fue más amplia, o, en las palabras de Arriazu, dirigida a "todos los niveles". Y se dio en momentos en los que se vislumbra un giro en el establi shment: se critican ahora mucho más abiertamente que antes las decisiones oficiales.
Arriazu mostró un optimismo moderado respecto de la crisis global. "Hay un cambio de tendencia. El mundo está dando la vuelta", dijo, al referirse a la caída de la economía norteamericana en los primeros tres meses de este año, menor que la del último trimestre del año anterior. Al menos en lo que hace a la debacle financiera, la peor desde la década del 30, lo peor ya pasó, señaló. Y si bien la crisis económica no es peor que la de principios de los 80, la caída del desempleo sí lo es y el ajuste en busca del nuevo equilibrio será doloroso: "El mundo tiene una capacidad productiva para una demanda que ya no existe", planteó.
Los ajustes que encaró Estados Unidos en su historia para poner en línea la economía, indicó, tuvieron un fuerte impacto en la Argentina. Ocurrió en 1975, 1982, 1986, 1991, 1995 y 2001. "La Argentina sigue los ciclos económicos internacionales. Lo único que hace es agrandarlos", sostuvo.
Fue en este punto en que lamentó que el país no hubiera constituido un fondo anticíclico, como lo hizo Chile. Antes había dicho que "no se pueden aplicar políticas keynesianas sin fondos anticíclicos". Por último, Arriazu sostuvo que el gran problema que enfrentará el mundo en el futuro será el sostenimiento de los sistemas previsionales o de seguridad social, debido al envejecimiento de la población. "Si el mundo no entiende este problema, vamos a tener conflictos inexorables", concluyó.
deNeXos – 04/05/09 – MT
Fuente: La Nación