Dream team for export: los vinos argentinos más caros que consume el mundo

Las bodegas locales cada vez apuestan más al desarrollo de vinos ícono, aquellos que sobrepasan los límites del segmento ultra premium y que apuntan a los paladares más sofisticados, con precios que pueden superar en las góndolas internacionales, tranquilamente, los u$s150 por botella

 

 

El mundo del vino vivió un 2009 de manera desigual. Por efecto de la crisis internacional, el sector que sí pudo festejar los cambios de hábitos entre los consumidores internacionales –que afianzaron su costumbre de buscar productos con buena relación precio-calidad- fue el dedicado exclusivamente a la elaboración y exportación de vinos embotellados.

En efecto, las ventas al mundo de este segmento alcanzaron los u$s553 millones, lo que implicó un alza del 10% en relación al año anterior. Como contrapartida, el resto padeció los embates del crac mundial. Las exportaciones de vino en tetra-brik y a granel y de espumante, registraron bajas, en algunos casos muy marcadas.

En este contexto, cabe destacar que, de las más de 2.000 marcas de vino embotellado que exporta la Argentina anualmente, apenas el 1% de las mismas se ubica en el segmento “ícono”, es decir, con un precio superior a los u$s360 por caja de 12 botellas.

Como una muestra de la sofisticación de las bodegas nacionales, cabe destacar que, hace apenas siete años, en el portfolio de productos ninguna empresa contaba con una etiqueta de estas características, consideradas el “cáliz” en el mundo vitivinícola.

En diálogo con iProfesional.com, Javier Merino, gerente de la consultora Area del Vino, explicó que “una bodega, en un esquema de negocios tradicional, su vino ícono recién lo puede colocar en el exterior cuando ya tiene cuatro o cinco años de trayectoria en un mercado”.

“Si una empresa planea vender afuera un vino de más u$s100 y todavía no es conocida en un mercado, seguramente le va a ser casi imposible tener éxito. Porque nada lo avala, no tiene ninguna credibilidad para el consumidor experto”, agregó.

Con respecto al auge de vinos ícono en la Argentina, destacó que “se está viendo un interesante fenómeno: cuantas más marcas surjan en este segmento esto demuestra que hay muchas bodegas creciendo, que ya superan los cuatro o cinco años vendiendo al exterior y que están en condiciones de dar un paso más y subir de nivel”.

Los vinos top
Entre las principales marcas más caras exportadas por la Argentina, según un relevamiento realizado por Area Premium para Vinos & Bodegas, se destaca Bodegas Bressia, que colocó una etiqueta en el primer puesto: 
Ultima Hoja.

La bodega es relativamente nueva: fue fundada hace siete años por Walter Bressia, y apunta a una producción controlada, de baja escala y de muy alta calidad.

De hecho, del Ultima Hoja puede destacarse que es una de las etiquetas más exclusivas de la Argentina: anualmente se elaboran apenas 800 botellas y cada añada tarda tres años en ver la luz, de modo que las partidas destinadas al exterior son muy pequeñas.

Según Area Premium, el valor FOB de cada botella es de u$s136. Cabe destacar que, este no es el precio final en góndola, dado que a este número hay que sumarle impuestos y ganancias de las distintas fases de la distribución y comercialización.

Bressia explicó a iProfesional.com que, para obtener el Última Hoja el trabajo es sumamente meticuloso: incluye doble control de las uvas y una crianza que se realiza durante doce meses en barricas nuevas –cada una de ellas puede superar los 500 euros cada una- para luego trasvasarlo nuevamente a barricas nuevas donde descansará durante otros doce meses.

El winemaker destacó que “lo que nos diferencia del resto es el estilo y la trayectoria, sumado a la calidad de la materia prima y la técnica de vinificación utilizada. Hay que tener en cuenta que las barricas que usamos provienen de uno de los bosques de roble francés más selectos y reconocidos de Francia y son las que utilizan los grandes Chateaux franceses y del mundo.

En el segundo lugar del ranking se destaca una etiqueta de Bodegas y Viñedos Santos Carelli, una compañía que nació en 1943 y que actualmente está al dirigida por la tercera generación de la familia que lleva el mismo nombre.

Ubicada en Reducción, departamento de Rivadavia, al sur del Río Tunuyán, la bodega cuenta con 140 hectáreas de viñedos propios, distribuidas en 5 fincas ubicadas en Rivadavia, San Martín y Junín, según Area del Vino.

Desde la consultora destacaron que, en los últimos años, sus productos alcanzaron “hitos envidiables”.

Carelli Malbec 2006, por ejemplo, fue premiado con medalla de oro en "Malbec al Mundo 2006" y con medalla de oro en Argentina Wine Awards 2009.

Mientras que el Carelli Gran Malbec 2006 obtuvo 92 puntos en el tasting "The Best New Wines from Argentina" de Stephen D. Tanzer. Justamente, este es el vino que ocupa el segundo lugar en el ranking, con un precio de u$s1.632 la caja, es decir, poco más de u$s100 la botella.

"El año 2009 tuvo un crecimiento importante en exportaciones respecto a 2008 y para 2010 esperamos superar la cantidad de exportaciones del año anterior en función del trabajo que se está realizando en comercio exterior. Además, este año estaremos presentes con nuestros vinos por primera vez en una feria en China, con muy buenas perspectivas", comentó a Día a Día del Vino el gerente general de la bodega, Gustavo Gago.

Otra de las bodegas que dominan el negocio de los vinos más caros de exportación es Viña Cobos, un proyecto que cuenta, desde su nacimiento, con la participación del prestigioso enólogo californiano Paul Hobbs.

Que Viña Cob
os figure en los primeros puestos no es ninguna novedad: en los últimos años esta compañía fue una de las grandes protagonistas en las revistas especializadas y logró envidiables puntajes.

En lo que respecta a las ventas al mundo, el Cobos Nico y el Cobos Malbec ocuparon el tercer y cuarto puesto entre los ejemplares más costosos.

Según datos de Area del Vino, la bodega está ubicada en Luján de Cuyo, Mendoza, y factura unos u$s3,5 millones al año, de los cuales, u$s3 millones corresponden a ventas al exterior. Los mercados más importantes son EE.UU., Canadá, México, Brasil y Dinamarca, entre otros.

Luis Barraud, socio y enólogo de la compañía, destacó a iProfesional.com que “Nico es un blend que demuestra que se pueden hacer grandes Cabernet en Mendoza. Esa base le da el cuerpo y la estructura típica del Cabernet y el Malbec le aporta dulzura y elegancia”.

Con respecto al Cobos Malbec destacó: “Es pura elegancia con una muy buena concentración”.

El puntaje más importante lo obtuvo el Cobos Malbec 2006 que, con 99 puntos, “se convirtió en el vino con la más alta calificación que otorgó esa publicación en su historia a un vino latinoamericano. Además destacamos que desde nuestra primera cosecha en 99, nunca un Cobos obtuvo menos de 90 puntos, según esa revista considerada la más influyente del mundo”, explicó Barraud.

El ranking también está conformado por otros vinos infaltables: el Estiba Reservada y el Catena Doble Mágnum, de Catena Zapata; el Ícono, de Luiggi Bosca y el Weinert Estrella, de Bodega Weinert.

La Argentina, haciéndose un lugar en el mundo
Las exportaciones se consolidaron al encontrar en EE.UU. un mercado estratégico que está cada vez más “enamorado” del Malbec. De hecho, la Argentina en 2009 fue el proveedor que más creció en market share en ese país.

Y si bien los vinos ícono todavía son una pequeña porción del negocio, los expertos destacan que logran hacerle frente a verdaderos colosos de peso, de regiones mucho más tradicionales en la elaboración de productos que sobrepasan la frontera de lo ultra premium.

Según Merino, hay una suma de factores que explican las claves por las que las bodegas argentinas encuentran un mercado en el exterior para productos de alto precio: “Una de las causas es que los consumidores de estos vinos son sofisticados y curiosos. Constantemente están buscando nuevos productos. Puede ser que tengan su corazón en un ícono francés, pero igual están alertas a lo que ofrece el mercado”.

Luego, “influye el hecho de que la Argentina está teniendo una excelente imagen en el mundo. Hoy, todas las revistas internacionales están hablando de nuestros vinos. Además, los principales gurúes del negocio, como Michel Rolland, están operando en la Argentina y son los que, justamente, terminan dándole su impronta a los íconos”.

Esto generó que “cada vez las etiquetas nacionales tengan mejores puntajes. La Argentina está logrando ubicarse en muy buenos puestos, con numerosos vinos  entre los 95 y 100 puntos, cosa que antes no pasaba”.

Sin embargo, la principal virtud de las bodegas locales es que, según el experto, “ofrecen un producto muy competitivo, de muy alta calidad y que están en sintonía con la tendencia que se está dando, principalmente en EE.UU., de un claro dominio de los tintos por sobre los blancos. Y la Argentina está llamada a hacer tintos excelentes”.

Juan Diego Wasilevsky
(c) iProfesional.com