Cualquier aumento en el precio del petróleo tiene menos incidencia en los costos del transporte de carga, que “los impuestos nacionales, gastos de peaje y condiciones de infraestructura”, de acuerdo con un estudio realizado por el Grupo Miebach Consulting.
“Las estructuras de distribución globalizadas, las redes de distribución centralizadas y la supresión de la producción en Extremo Oriente, no están esencialmente determinadas por la subida del precio del petróleo, sino por otros factores que influyen en los costes del transporte”, señaló Joachim Miebach, fundador del Grupo alemán, durante la 10ma. Asamblea Anual que encabezó recientemente en Buenos Aires.
Al disertar sobre si el aumento del precio de los combustibles podrá revertir la globalización, Miebach, sostuvo que “sólo una recesión severa puede frenarla. Los desarrollos y mejoras en infraestructuras, así como su modernización, y la motorización de la economía, son los factores clave para recuperarse en el futuro”.
El directivo de la consultora que dirige en Argentina Fernando Balzarini, advirtió también que “los embotellamientos en las rutas de transporte, especialmente en las aéreas y en las carreteras, tienden a frenar la globalización en un grado bastante superior al del incremento del precio del petróleo”.
Del estudio realizado por el Grupo en cinco países “puede constatarse que los precios de la gasolina, incluso si los comparamos internacionalmente, sólo constituyen una cuarta parte de los costes corrientes totales por kilómetro de los vehículos pesados. En el caso de que se duplicara el precio del petróleo hasta los 200 u$s por barril, los costes de transporte para vehículos pesados subirían un 20%”, aseveró su socio fundador.
Ante los empresarios del sector logístico, invitados a la Asamblea de la consultora, Joachim Miebach agregó que “la situación sería muy similar para las tarifas de transporte marítimo, que sufrirían el mismo incremento si el precio del petróleo se duplicara”.
“Si observamos el coste total de producción de un producto, en general el incremento de los precios de combustible sólo afecta ligeramente al coste total de la propiedad. Esto indica que si los costes de transporte aumentaran como consecuencia de un incremento del precio del petróleo en una escala de 5.1, no habría un cambio de paradigmas -hasta que el precio del barril fuese de aproximadamente 200u$s-”, aventuró.
Aclaró luego que “obviamente, esto variaría dependiendo del sector afectado. Un mayorista de fruta y verdura se vería más afectado a causa del valor relativamente bajo de sus productos. A los transportistas también les afectaría mucho más que a los fabricantes de productos electrónicos. En este sentido, un doblamiento del precio del petróleo reflejaría en algunas profesiones e industrias un incremento de los costes de producción de menos de un 1%, mientras que en otros podría alcanzar el 40%”.
En el análisis de Miebach, “los costes de transporte son considerablemente más dependientes de factores como los impuestos nacionales, gastos de peaje o condiciones de la infraestructura”.
Al medir las consecuencias para el negocio, sostuvo que “la eficiencia de la dirección de las flotas, así como el uso de energías sostenibles y la optimización de la cadena de suministro centrada en los programas de ahorro de costes son factores que inciden mucho más que el precio del petróleo”.
“Dicho de otra manera -aclaró- la globalización está mucho más determinada por buenas infraestructuras, sistemas logísticos eficientes, los impuestos sobre el consumo y la legislación de los mercados mundiales, que por el precio del petróleo. Desde la visión actual, el precio del petróleo tendrá que incrementarse aún más dramáticamente para mejorar el clima mundial. Únicamente entonces podría llegarse a una reducción del transporte y a un cambio fundamental de las estructuras logísticas”.
En caso de una fuerte recesión, Miebach describió que “por los canales de distribución fluiría menos volumen y, como resultado, los costes unitarios serían más altos. Esto causaría un efecto de ‘economías de poca calidad’. Lo que amenaza la globalización no es un incremento del precio del petróleo, sino una crisis financiera no resuelta”, finalizó.
Departamento de Prensa de Expotrade
Nieves Guerrero