Hace dos años, la fabricante brasileña de carrocerías Marcopolo decidió pisar fuerte en el mercado argentino con la compra de una participación de su colega Metalpar.
Pasado un año lleno de incertidumbre, el gigante brasileño decidió redoblar la apuesta en el país. El 31 de diciembre, mientras todo el mundo se preparaba para alzar sus copas, la compañía se hizo de otro 7% de la subsidiaria del grupo chileno Metalpar, con lo que pasó a controlar el 40 por ciento. Los brasileños desembolsaron u$s5 millones para alcanzar esa tenencia.
Sin embargo, la empresa del país vecino busca seguir ganando posiciones en la carrocera que hoy tiene el 60% del mercado local. “De acá a fin de año, Marcopolo tiene la opción para comprar otro 10% y quedarse con la mitad de la compañía”, le explica a Buenos Aires Económico Gonzalo Varela Álvarez, gerente general de Metalpar Argentina.
Con la incorporación de Marcopolo a la empresa, hace dos años, Metalpar buscó seguir incrementando su capacidad de producción en su planta de Loma Hermosa: pasó de las 1.500 a las 2.800 unidades anuales.
Actualmente, el ritmo de fabricación cayó a razón de 7 carrocerías diarias aunque la planta de la empresa tiene capacidad para producir 12 unidades por día y la expectativa es recuperar esos niveles en el mediano plazo. “Hoy, el 100% de nuestra producción va dirigida al mercado interno, pero tenemos intenciones de comenzar a exportar pronto a Centroamérica. Con la incorporación de dos modelos de carrocerías que realizamos hace muy poco esperamos tener un crecimiento del 10% este año”, agregó el ejecutivo.
La expectativa de las firmas del sector es que las empresas de ómnibus metropolitanos y que cubren destinos nacionales continúen con la renovación de su flota. Eso les abriría un panorama interesante para los próximos años. Claro que saben que para que ello ocurra las transportistas deben poder tener mayor acceso al crédito.
desembarco. El grupo chileno Metalpar llegó a la Argentina en 1997 con una inversión de unos u$s33 millones para levantar su planta en el partido de Tres de Febrero.
Fundada en 1949, Marcopolo tiene fábricas propias en Brasil, Portugal, México, Colombia y Sudáfrica, además de transferir tecnología para China. A la vez, posee un complejo productivo en la ciudad de Río Cuarto (Córdoba) que está inactivo.
Marcopolo inauguró su fábrica en Río Cuarto a principios de 1998. Invirtió u$s10 millones para producir 1.200 unidades anuales, de las cuales iba a exportar el 30 por ciento. Pero la crisis que se acentuó al año siguiente, con la devaluación del real, alteró esos planes, a punto tal que, entre el 2000 y el 2001, no escapó a un denominador común en la industria automotriz de entonces: la suspensión de personal En el 2002 decidió desactivar definitivamente su operación.
Además de ser una de las mayores fabricantes de carrocerías de buses del mundo, también incursiona en los segmentos LCV (vehículos comerciales livianos), piezas y componentes, y en productos plásticos.
Marcopolo prevé fabricar mundialmente 20.000 carrocerías y factura alrededor de u$s1.800 millones.
(El Argentino)