La exclusiva casa de moda y minorista Mi-Tu ha equipado dos de sus tiendas de Hong Kong con espejos dotados de RFID y pantallas electrónicas. Los dispositivos permiten a los clientes, en un solo vistazo, ver y localizar una amplia selección del inventario existente en tienda mientras se prueban y compran las prendas. La primera tienda se equipó en noviembre de 2006, y el segundo despliegue tuvo lugar en mayo de este año.
Mi-Tu está utilizando el Smart Retail System (SRS) de Schmidt Electronics, que incluye probadores inteligentes caracterizados por espejos (conocidos como Smart Dressing Mirrors) con antenas y lectores RFID EPC Gen2 instalados detrás de los espejos. Los probadores también cuentan con pantallas LCD montadas en la pared, adyacentes a los espejos. El sistema SRS también comprende una aplicación de catálogo electrónico (e-catalogue), tarjetas de cliente VIP dotadas de RFID y un sistema de seguridad que alerta a los vendedores si una prenda etiquetada se está sacando de la tienda.
Los elementos del Smart Dressing Mirror y del Smart Fitting Room fueron desarrollados conjuntamente por Schmidt en cooperación con el Instituto de Textil y Ropa de la Universidad Politécnica de Hong Kong. El primer acercamiento de Mi-Tu a la universidad fue hace aproximadamente un año, para intentar buscar un sistema basado en RFID que puede personalizar la experiencia de compra. La universidad preguntó después a Schmidt para diseñar un sistema que pudiera proporcionar opciones e información adicional a los clientes, tanto en los probadores como a través de toda la tienda.
Mi-Tu adhiere tags EPC Gen2, fabricados por Schmidt, en todas las prendas del inventario de ambas tiendas. Cada tag tiene un único número de identificación asociado con el nombre del modelo de la prenda y la descripción, incluyendo la talla, el color y el tejido, en el sistema de back-end de Mi-Tu basado en Microsoft.
Cuando un cliente entra en el probador y se acerca al espejo sosteniendo un ítem etiquetado, el sistema captura y transmite el número ID, a través de una conexión Ethernet, al sistema de back-end de la tienda. El software SRS correlaciona el número del tag con el de las otras prendas y después aparecen imágenes de los ítems correspondientes en la pantalla LCD. El cliente puede ver una serie de imágenes y de texto en la pantalla, que recomienda mezclar y juntar otras prendas con las que se tienen en la mano.
Un cliente que quiere probarse una pieza específica puede apretar un botón en un intercomunicador para comunicarse con los vendedores desde dentro del probador. La petición se recibe en el mostrador de ventas, donde el intercomunicador se conecta con un PC. Un empleado puede después averiguar que probador proviene la petición y ver la imagen que el cliente ve en la pantalla, para determinar el ítem exacto que se está solicitando.
Según Matthew Man, director general de Schmidt, “el sistema RFID ha incrementado las ventas haciendo que muchas peticiones puedan estar disponibles para los compradores mientras se están probando las prendas. Los clientes muchas veces entran en el probador llevando una sola prenda de ropa pero acaban pidiendo más prendas para probarse con la primera, basándose en las opciones proporcionadas por la pantalla LCD.
El sistema recoge información sobre que ítems se han probado y cuáles se han vendido, permitiendo a Mi-Tu analizar el éxito de los productos vendidos en sus tiendas.
Mi-Tu ha instalado e-catalogues en la área de ventas, que incluye un lector RFID, un PC y una pantalla LCD. Para saber más acerca de una determinada pieza de ropa, el vendedor muestra la prenda al lector, que captura el número del tag RFID. El PC muestra información de marca, una descripción de la prenda, datos del tejido y el precio en el LCD, y el e-catalogue alerta al vendedor si están disponibles otras tallas y colores, así como la área específica de la tienda en la cuál están localizadas.
Además, los tags RFID están diseñados para ayudar a disuadir los robos en tiendas. Todos los tags se quitan en el punto de venta para reutilizarlos en otros ítems así, si un cliente intenta sacar una prenda fuera de la tienda sin pagarla, un lector en la puerta captura el número de identificación de su tag y envía una alerta al mostrador de venta.
Con la próxima instalación en la tercera tienda, Mi-Tu planea implementar un sistema VIP. Los clientes participantes recibirán tarjetas VIP dotadas de RFID, embebidas con chips RFID Gen2 codificados con los números únicos ID de cada cliente. Cuando un cliente que porta una tarjeta entra en la tienda, el lector captura su número ID y lo envía al sistema de back-end, donde se asocia con la historia de compra de aquella persona.
Los vendedores pueden después dar la bienvenida al cliente por su nombre y recomendar aquellos ítems que se adaptan a sus intereses de compra. Una vez entra en el probador, el cliente VIP puede mover la tarjeta VIP cerca del lector del probador. Si está cualificado, el comprador puede después recibir información de precios de descuento para cada ítem que se ha probado.
Inicialmente, según explica Matthew Man, algunos clientes expresaron su preocupación
acerca del sistema del probador. “Querían saber si había cámaras escondidas y se preguntaban, ‘Cómo saben que ítem tengo?’” Una vez estuvieron familiarizados con el sistema y entendieron que utiliza tecnología RFID y no cámaras, para Man, “se adaptaron muy rápido sin más problemas”.
Los clientes muchas veces entran en los probadores portando sólo un ítem, pero acaban pidiendo otras prendas para probarse con lo primero que habían cogido, basándose en las opciones proporcionadas por el sistema. “El cliente no quiere que las dependientas le estén encima”, comenta Man. “Quieren privacidad en su experiencia de compra. Así, se pueden probar la ropa en su propio tiempo, en su propio espacio. Es más relajado”.
Para la tercera instalación, Schmidt está desarrollando un nuevo sistema llamado G-Box. El sistema puede reducir los costes existentes hasta el 50%, predice Man, porque el software, la antena y el lector se integrarán en una sola unidad. “Verán su retorno de la inversión mucho más rápido”, asegura Man, quién añade que el sistema le ha costado unos 60.000 € por tienda.
“Nuestro objetivo es aportar un servicio más eficiente y satisfactorio a nuestros clientes”, apunta Katherine Ho, directora general de Mi-Tu. “Actualizaremos constantemente nuestro sistema para satisfacer la necesidad de cada cliente. El sistema ayudará definitivamente a conducir nuestros ingresos de ventas, permitiendo promociones proactivas de productos adicionales”.