El ex agregado agrícola en
Gustavo Idígoras estuvo cinco años y medio en el estómago de
A la hora de hacer un balance, Idígoras fue claro: "El objetivo central que perseguí era la recuperación de la credibilidad sanitaria, luego de las crisis por la aftosa (su aparición y encubrimiento). Lo logramos. Los europeos confían en la calidad, sanidad y trazabilidad de los alimentos argentinos. Esto hay que valorarlo, porque la sanidad es un bien que hay que cuidar como tal. Brasil tiene una producción ganadera muy competitiva pero tiene serios inconvenientes en cuestión sanitaria", señaló.
-¿Qué es lo que no se pudo lograr durante tu gestión?
-Una política permanente en materia de promoción de nuestros alimentos. Hay muchas acciones y una estructura de gobierno altamente profesionalizada, pero no logramos lo permanente, la presencia cotidiana.
-¿A qué se refiere con la idea de presencia permanente?
-A acciones anuales en mercados objetivos. En Europa son 4 o 5 países, y algunos nuevos como Polonia, donde hay que hacer periódicamente acciones con vinos, carnes vacuna y aviar, frutas frescas, procesados agrícolas. También traer periodistas europeos a
También nos queda pendiente una labor en el exterior de atracción de inversiones en el sector agroindustrial argentino, que es estrella en todo el mundo. No logramos canalizar acciones públicas y privadas -creo que el sector privado también tiene una gran falla en su disposición a invertir en estos aspectos- permanentes, o programas de trabajo.
-¿Quién lo está haciendo en
-Brasil está en un esquema donde la industria busca instalarse. La cámara brasileña del azúcar y el bioetanol instaló una oficina permanente en Bruselas con un representante que habla de los beneficios, la producción, la comercialización, la sustentabilidad del azúcar y el bioetanol. Me parece que es lo correcto, aunque se lo vea como gasto. Es la única forma de llegar al consumidor y al inversor.
-¿Con qué productos debería
-Toda oficina tiene que hacer promoción, buscar inversiones y hacer lobby. En el corto plazo, con los vinos y las frutas, y por supuesto con los biocombustibles, donde tenemos una industria muy competitiva, con nuevos actores. Vamos a producir más y es un gran negocio para
-¿Cuáles fueron los grandes cambios de
-El problema es que, como toda política de subsidios, termina mal, con problemas de distribución, con corrupción y una sobreproducción ineficiente: pasó de ser deficitaria e importadora de alimentos a superavitaria y exportadora a través de los stocks de intervención públicos, vendidos a precios viles, que deprimían los precios internacionales.
Se plantea reformarla no sólo por estos efectos sino por una cuestión presupuestaria a partir de la incorporación de nuevos países, con el mismo presupuesto. La ampliación de
Dejan de incentivar la producción de alimentos y pasan a incentivar el desarrollo rural, a los jóvenes profesionales en el campo, la presencia de la mujer y la familia en el campo (el 90% de los 7 millones de productores son familias, sin empleados, que explotan no más de
-¿Y siguen con reparos con la biotecnología, aunque alimenten sus animales con derivados de soja genéticamente modificada?
-Exactamente. Tienen un problema ideológico. Hay una creencia popular de que son malos, y la culpa la tienen los gobiernos que en los 90 crearon un monstruo para frenar a su principal competidor mundial [Estados Unidos], que aprobó y lanzó eventos [biotecnológicos] en todo el mundo. Y hoy Europa no tiene una tecnología esencial como la biotecnología.
Hoy, su objetivo, es producir menos pero más caro para ubicar a sus alimentos en el nicho más alto.
-¿Y dónde entra el producto del Mercosur?
-El deseo europeo sigue siendo que vendamos las materias primas. El nuestro debe ser lo contrario. Y creo que el sector de carnes, vinos, lácteos, pastas y frutas procesadas y hortalizas tienen posibilidad de crecimiento significativo. Hay un interés de Europa de reinstalar su industria de transformación en terceros países. Y si logramos el acuerdo en 2010 con
Mercosur / UE
-¿Cómo evaluaría la negociación por el acceso de los alimentos argentinos en
-La negociación con el Mercosur fue siempre vista como un único con varios capítulos, como el político, el de cooperación y el comercial. Hubo avances en los dos primeros. Europa tiene para asistencia técnica en la industria de alimentos para terceros países 1400 millones de euros, y el Mercosur recibe muy poco, y tiene una posibilidad de lograr más. El capítulo comercial tiene desafíos. Está el temor europeo ante un bloque en desarrollo con un sector agroindustrial extremadamente desarrollado y
sarrollados con un sector agroindustrial subdesarrollado. En esta asimetría ellos basan sus intereses proteccionistas. Pero Europa tiene potencialidades para seguir produciendo alimentos. Y es necesario para el Mercosur que Europa produzca sus alimentos.
-¿Por qué?
-Porque es la única forma de lograr sustentabilidad en el comercio. El Mercosur no es capaz de abastecer 500 millones de personas, pero sí tener más participación.
-¿Con cuánto participa hoy?
-En el total de importaciones, el Mercosur participa con el 25%, y es un dato relevante porque hace 5 años era de menos del 10%. Europa incrementó sus importaciones. Pero lo que sí necesitamos es una solución arancelaria.
-¿En qué productos?
-En los derivados del trigo y del maíz. No puede ser que si uno exporta maíz bajo cuota el arancel es cero, pero si uno exporta una sémola paga 171 euros la tonelada. Y si quiere exportar el cereal para el desayuno, pague un arancel cercano al 60%. Hay aranceles prohibitivos, superiores al ciento por ciento. Hay que crear comercio con este acuerdo. Pero está lo sensible: carne vacuna, aviar, azúcar, maíz, trigo, carne ovina, donde ellos pretenden mantener nivel de producción interno importante. Hay que insistir porque la posibilidad del éxito está en los productos con valor agregado, los pap´s (productos agrícolas procesados), con todos los derivados del trigo, maíz, del azúcar, cacao, los jugos, galletitas, caramelos, pastas, comidas elaboradas. Hay que insistir con el concepto histórico del arancel cero por cero desde el día 1 del acuerdo. Nuestra industria de alimentos debe tomar esto como bandera. Hay temores, pero son infundados.
Redacción deNeXos
05/01/2010