La presidenta Cristina Fernández de Kirchner está analizando con su círculo más íntimo varias medidas de fuerte impacto para después de la contienda electoral, de la cual todos confían que saldrán fortalecidos. Entre los pocos colaboradores que participan de la discusión, está avanzado el consenso para el cambio del ministro de Economía. Para ocupar ese lugar se piensa en un funcionario con diálogo fluido con los sectores productivos, pero a la vez con una personalidad fuerte para negociar ya que ellos, especulan en la Casa Rosada, presionarán por modificaciones en la política económica. Los dos candidatos que suenan hasta ahora son Miguel Peirano y Débora Giorgi. En el caso de que la elección recaiga sobre la actual ministra de Producción, se le ofrecería a Peirano que la reemplace en su cartera. También, como tantas otras veces, se conversa sobre una salida del secretario de Comercio, Guillermo Moreno, que en ese caso sería reemplazado por otra considerada “dura” por la Presidenta, la diputada Patricia Vaca Narvaja. Más allá del gabinete, Cristina Fernández de Kirchner tiene acordado con el presidente Lula da Silva que Brasil apoyará enfáticamente la iniciativa argentina para que el FMI deje a un lado sus requisitos de políticas ortodoxas para otorgar créditos a sus miembros. En esa línea, la Presidenta aspira a que Argentina consiga un préstamo de 10 mil millones de dólares y sea el país testigo de una nueva política del Fondo. También se estudia un fuerte impulso al sistema ferroviario desde el Estado y el lanzamiento del Consejo Económico Social.
“El modelo de desarrollo con inclusión social no se toca”, aseguró la Presidenta esta semana a los dos ministros más ligados el aparato productivo. “Lo que vamos a hacer es mejorar los canales de diálogo con los empresarios y para eso necesitamos funcionarios con un perfil claro: deben tener un buen conocimiento del empresariado y ser firmes para negociar”, agregó. Al ex presidente Kirchner le gustaría que el presidente del BICE Miguel Peirano formara un tándem con Débora Giorgi, que, afirma, viene realizando un buen trabajo desde la cartera de Producción. En los últimos días los dos ex técnicos de la Unión Industrial Argentina son los que quedaron más cerca de ocupar la poltrona de Economía. Si es Giorgi, se le ofrecería a Peirano ir a Producción.
El Ministerio de Economía perdió peso dentro del Gobierno desde la llegada de Carlos Fernández. El inédito bajo perfil del funcionario lo alejó del centro de decisiones. Pero, además, desde que se creó la cartera de Producción, Economía sólo se ocupa de Finanzas y Hacienda. Kirchner piensa que Peirano podría ser un actor importante en el manejo de una política macro más fina. “El tipo de cambio, la tasa de interés y la política fiscal van a ser factores clave para volver a crecer fuerte a partir de 2010”, le explicó Néstor Kirchner a un funcionario que lo acompaña desde sus días en el gobierno de Santa Cruz. El problema que se le podría plantear es que Peirano ha reiterado en varias oportunidades que “sigue apoyando el proyecto del Ejecutivo, pero que no quiere hacerse cargo de ningún ministerio”.
En la última reunión de la Organización Internacional del Trabajo el presidente de Brasil, Lula da Silva, le aseguró a la presidenta Fernández que los integrantes del grupo BRIC (Brasil, Rusia, India y China) iban a presionar en forma conjunta para que el FMI deje de condicionar los préstamos a los países en desarrollo con la obligación de seguir recetas económicas basadas en el ajuste constante. En los últimos doce meses, en medio de la crisis financiera y económica internacional, el Fondo otorgó créditos a más de treinta países en el mundo, exigiéndoles a cambio reducción del gasto público y restricción monetaria, entre otras condiciones que están obstaculizando la salida de esas economías de la recesión. En el Gobierno apuntan que Lula le señaló a la Presidenta que las cuatro naciones que forman este nuevo núcleo de poder económico internacional están interesadas en que esos países, que son sus clientes, despeguen para poder venderles más.
Por eso el Gobierno prepara una propuesta para conseguir un préstamo de diez mil millones de dólares que presentará en paralelo con la acción del grupo BRIC. Ese monto, aseguran cerca de la Presidenta, le permitirá al país cumplir con sus compromisos externos sin sacrificios fiscales. La idea del ex presidente Kirchner es que el superávit fiscal y los recursos de la Anses deben servir para seguir fogoneando el desarrollo del mercado interno. El estímulo del Estado seguirá teniendo como principal herramienta el desarrollo de nuevas obras de infraestructura. En Obras Públicas, además, ya se trabaja en un proyecto para edificar otras 500 mil viviendas antes de que finalice el período de Cristina Fernández de Kirchner. Teniendo en cuenta la buena reacción del público ante la oferta de créditos por intermedio del Banco Hipotecario, con financiación de la Anses, la Presidenta quiere que en los próximos meses se lance un nuevo cupo de estos préstamos.
En el contexto del desarrollo de infraestructura que permita un fuerte crecimiento económico, el Gobierno tiene muy adelantado un proyecto para poder contar con un sistema ferroviario que llegue a todo el país. La idea es crear un sistema mixto en el que el Estado se haga cargo de la inversión inicial y el mantenimiento de las vías, y el sector privado se haga cargo de la operación de los ferrocarriles. La inversión total pública y privada supera los 3500 millones de dólares. Según un informe de la Secretaría de Transporte, la mayoría de los países desarrollados transportan la carga dividida en una tercera parte por vías fluvi
ales –el sistema de menor costo–, otro tercio por ferrocarril –un poco más caro– y el resto por camiones, el transporte más oneroso. En Argentina el 85 por ciento de la carga se transporta en camiones. En Transporte aseguran que la idea no es reemplazar a los camiones actuales, sino crecer a partir de los otros sistemas.
El cambio de mano de la presidencia de la UIA, ahora liderada por el ala neoliberal, y las últimas reuniones del Grupo de los Siete, principales sectores económicos, prendió una luz de alerta en el Ejecutivo. La lectura de la Presidenta es que los más altos empresarios del país se preparan para presionar por una menor injerencia del Estado en la economía. Luego del enfrentamiento con los popes de la dirigencia empresaria del campo, en el Gobierno piensan que la mejor manera de negociar es en el ámbito del flamante Consejo Económico Social. Por eso la Jefatura de Gabinete prepara un acto de relanzamiento con algunas propuestas concretas para empezar a negociar.
Cerca de la Presidenta afirman que estas medidas apuntan a retomar rápidamente la iniciativa política e intentar que la economía retome un camino de fuerte crecimiento, un factor clave –apuntan– para contar con el apoyo tanto de los sectores productivos como de una parte de la población.
La búsqueda del consenso
Los principales asesores económicos de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner piensan que el rápido rebote de la economía China y la mejora de los mercados financieros internacionales seguirán empujando el precio de los granos en los próximos meses. “En 2010 volveremos a tener la soja a 600 dólares”, señaló uno de los ellos ante este diario. Lejos de esperar el festejo del sector agropecuario, en el Gobierno creen que aumentarán las presiones para una rebaja de los Derechos de Exportación de cereales y oleaginosas. En el Ejecutivo quieren volver a presentar al Congreso un sistema de retenciones móviles, con tasas diferenciadas por escala de producción. Pero esta vez, aseguran quienes tienen diálogo fluido con la Presidenta, se seguirá una estrategia distinta. “Trabajaremos en la búsqueda de consenso”, fue la definición exacta de Cristina Fernández de Kirchner.
La idea es instalar el tema en la sociedad para que se debata con tiempo. Una estrategia similar a la que se siguió con la estatización del sistema previsional. La Presidenta aspira a que la sociedad conozca las utilidades de cada tipo de explotación, la renta extraordinaria que puede volver a conseguir el campo si siguen subiendo los granos y qué puede hacer el Estado con los fondos que generarían retenciones más altas. Fernández piensa que “cuando la sociedad conozca la verdad, a la oposición le será más difícil defender los intereses de un sector privilegiado frente al resto de la sociedad”. En el Ejecutivo quieren que se entienda que, además, el alza de precios de los granos se traslada a los precios internos, generando una enorme transferencia de recursos desde toda la sociedad hacia el sector agropecuario.