Pensador de estructuras livianas

En 1964, a pedido del Centro Argentino de Ingenieros (CAI), la escuela tecnica N°13 del barrio portelio de Villa Lugano fue bautizada con el nombre del ingeniero Jose Luis Delpini. Qua mejor homenaje a un hombre atm con ideas de libertad y opiniones propias.
Delpini se diplomO en maternatica y cosmografia en la Escuela Tecnica Otto Krause, donde luego fue profesor. En 1921 egreso de la Facultad de Ingenieria de la Universidad de Buenos Aires (UBA) como ingeniero civil con medalla de oro, en 1956 se convirtiO en miembro de la Academia Nacional de Ciencias Exactas Fisicas y Naturales. Fue director del departamento de Construcciones y Estructuras e iniciador del Laboratorio de Investigaciones Experimental de Estructuras en la UBA.
Particip6 de numerosos proyectos de obras industriales, cornerciales y deportivas como la Casa Matriz del Banco Hipotecario Nacional (1926), el Mercado de Abasto Proveedor (1928) y el Estadio Boca Juniors (1932). Se ocup6 de la arquitectura industrial, de lo que dan cuenta la Tejeduria Italar, Hornos de Bagley e Hilanderia Sit, entre otros edificios. Fruto de su genio incomparable fue su aporte a una revolucionaria variante del puente suspendido a obenques, una innovaciOn que se utilizo luego para construir el Complejo Zarate BrazoLargo.
Entre sus proyectos no realizados esta el puente Retiro, un arco de 200 metros de luz de lamina

pretensada sobre la Av. del Libertador, que hubiese agilizado el Paso en esa zona.
Existen obras que lo mantienen vivo en el recuerdo como el Merca¬do de Abasto, donde actuahnente funciona un shopping. Se destaca la originalidad del techo, esa doble boveda casetonada de espesor muy delgado, un encaje de fino trabajo° y alta realization, todo con una precisi6n milimetrica en la ejecucion estructural. Esas bovedas estan resueltas con un material novedoso para su epoca, ladrillos de vidrio (glass beton), que permiten una iluminacion uniforme de su interior. El mercado tuvo varios incendios y Delpini en persona se calzaba las botas y colaboraba con los bomberos, a los que asesoraba sobre como debian atacar el fuego sin danar las estructuras.
Delpini luchO contra los encofrados, prefirio instrumentar los elementos prefabricados de espesores delgados para culminar sus Ultimas obras con los materiales

vianas
preformados. Estos elementos le da¬b an la oportunidad al ingeniero o al arquitecto para que concretara su imagination sin restricciones. Procuraba la libertad de las formas, no se permitia caminar sobre lo conocido, buscaba nuevas aventuras para probar su capacidad de ingenio. Su especialidad era reparar estructuras dailadas o en peligro.
Por su filosofia de vida, le era importante crear espacios dignos para el hombre, disefiaba ambientes amplios, sin columnas, modificando las entradas de luz para que no sean directas, pensaba en sistemas para que los galpones sean frescos en verano y calidos en invierno.
El fallo es unanime en el recuerdo de sus discipulos y colegas «un gran hombre», atento siempre a escuchar a unos y a otros. Le fascinaba dar clases y a los alumnos les impactaba escucharlo. La arquitecta Maria Madona, que fue su alumna en la catedra de HormingOn de la Facultad de Ingenieria: «Era una persona extraordinaria, amante de la justicia, de la verdad, con una capacita¬tion fuera de lo comfm, coherente en lo personal, en su decir y hater, comprometido con lo que hacia y humilde en su trato». En agosto de 1997 cuando se cumplieron 100 afios de su nacimiento, la facultad lo nombrO profesor Honorario ‘lus¬tre PostMortem en homenaje a su vida y a su obra.
El ingeniero Juan Maria Cardo¬na, continuador y difusor de su obra dice: «Delpini fue un_ maestro del diseiio y de la ingenieria estructural por excelencia, nunca igualado, incluso hasta el dia de hoy, no hubo otro que proyectara y materializara las maravillosas e increibles obras. Todavia sigue dando catedra».
La autora es historiadora. Email: susanaboragno@ fiberteLcom.ar