Un riesgo que se subestima

Realmente, esta historia comienza en los filtimos albs de la decada del 50, cuando yo comenzaba a ensefiar en la Facultad de Ingenieria de la Universidad de Buenos Aires una materia que ahora se llama Proyecto de Industrias.
Luego de revisar los trabajos practices de mis alumnos, me llamaba la atencion la falta de analisis de los riesgos de incendio, tanto en las plantas industriales como en los depositos, los que ahora llamamos centros de distribuciOn.
Las cosas cambiaron mucho desde aquella epoca, pero no para mejorar sino exactamentelo contrario: los riesgos aumentaron, los valores de los terrenos se incrementaron por la creciente urbanizacion y se restringieron las superficies disponibles, las mejoras tecnolOgicas en los sistemas de almacenamiento permitieron alcanzar alturas cada vez mayores (incluso con el almacenamiento automatic° se sobrepasaron los 30 metros de altura fitil), los materiales de embalaje encierran cada vez mss riesgos potenciales (por ejemplo con plasticos expandidos) de manera que los valores economicos puestos en juego, calculados como &dares por metro cuadrado de edificio, crecieron considerableinente.
Hace unos aiios, para un proyecto de un centro de distribucion de

productos alimenticios, facilmente combustibles, decidi formar un grupo deestudio con la participaciOn de un experto en incendios y de un representante de la Superin'»tendencia Federal de Bomberos.
El resultado de la experiencjaft fue la recomendacion de considerar las necesidades de instalar rociadores (sprinklers) no solo en la parte superior del edificio sino tambien en muchos niveles intermedios, colocar rociadores «de gotas grandes» apuntando hacia los techos (para enfriarlos y evitar de esa manera las perdidas de resistencia y los riesgos de caidas de las estructuras) y tener en cuenta los movimientos ascendentes del aire dentro de las estructuras, como factor de convection del calor, asi como las vias horizOntales que pudieran facilitar el calentamiento de otros sectores por radiacion. Se trataba, ademas, de asegurar un enfriamiento de los materiales almacenados en los niveles superiores para reducir los riesgos de combustion.
Rociadores
Hay ejemplos de productos riesgosos por su contenido de aire, como las prendas de vestir colgadas de perchas, o las bobinas de papel almacenadas verticalmente unas sobre otras. Los rociadores de orificio grande (ELO, extra large ori¬fice) nacieron, para ese fin, en los Estados Unidos en los 60 y se perfeccionaron en los 80.

Mientras, con solo rociadores en la parte superior del centro de distribuciOn no conviene pasar los seis metros de altura irtil, debido a que las altas temperaturas que se suelen generar, producen la eva • poracion de las gotas de agua que lanzan los rociadores, antes que lleguen a los niveles inferiores de almacenamiento; en cambio, con rociadores intermedios no existen limites en la altura alcanzable por las estructuras.
Ponuiltimo, y muy importante, se fijaron en 10 metros las distancias entre edificios con riesgo de contagio de incendio, para disminuir los peligros derivados del efecto de los vientos.
Un empresario quiso saber, en su momento, cuanto mss tendria que haber pagado de seguro si la distancia entre edificios se reducia a seis metros, pero simplemente constato que en ese caso no hubiera podido contratar el seguro contra el riesgo de incendio.
La compania de seguros con la que discutimos el anteproyecto nos facilitO un informe generic° de una compaiiia norteamericana, de Boston, que, ahora, varios afios despues, ya estaria algo antiguo debido a los avances tecnolOgicos que se han producido, pero gracias a Internet esa puesta al dia se puede resolver fa.cilmente.
El a utor es consultor en logistica; email: pablotanzer@yahoo.corn