En mal estado

Las rutas de Brasil presentan un panorama insatisfactorio según un relevamiento que realizaron los empresarios transportistas de ese país.

La red pavimentada brasileña está en condiciones insatisfactorias, aunque haya presentado una pequeña mejora entre 2017 y 2018, según la 22ª edición de la Encuesta CNT de Carreteras, divulgada esta semana por la Confederación Nacional del Transporte de Brasil (CNT).
De acuerdo con el relevamiento, 57% de los tramos evaluados presentaron estado general con clasificación regular, mala o pésima. En 2017, el porcentaje con algún problema había sido de 61,8%. La CNT controló 107.161 kilómetros de toda la malla federal pavimentada y los principales caminos estaduales.
La variable que contribuyó al cambio de datos fue la señalización con elementos insertados para reducir el impacto de posibles colisiones. Este año, el porcentaje de carreteras con señalización óptima o buena fue de 55,3%. El año pasado, 40,8%. La mejora de 14,5 puntos porcentuales puede ser explicada por los avances en los programas dedicados a la adecuación de la señalización, sobre todo en carreteras federales.
La investigación también reveló que las condiciones de la geometría de la vía preocupan, pues 75,7% de la extensión evaluada fue clasificada como regular, mala o pésima. La situación del suelo también fue deficiente en 50,9% de la extensión total evaluada.
Los puntos críticos pasaron de 363 a 454 casos. Estos puntos pueden ser clasificados como situaciones graves que ocurren en la vía y pueden traer riesgos a la seguridad de los usuarios, además de costos adicionales de operación, debido a la posibilidad de daño severo a los vehículos, aumento del tiempo de viaje o elevación del gasto con combustible.
Entre los principales estuvieron caídas de barreras, puentes caídos, erosiones en las pistas y fragmentos con agujeros grandes.
La investigación apunta, además, que las condiciones del pavimento de las carreteras representan un aumento promedio del costo operacional del transporte del orden de 26,7%. Las deficiencias impactan el mantenimiento de los vehículos, con mayor desgaste de neumáticos y frenos y aumento del consumo de combustible.
Según los datos, las carreteras concedidas a la iniciativa privada tuvieron una mejora de 7,5 puntos porcentuales entre 2017 y 2018. En total, el 81,9% del estado general de esas vías fue clasificado como óptimo o bueno, siendo que el año pasado, el índice fue de 74,4%.
Sin embargo, la inversión pública quedó lejos de lo que la infraestructura de transporte precisa. El perjuicio con los accidentes es mayor que los recursos destinados a las carreteras. En 2017, el gobierno federal autorizó R$ 8.310 millones para las intervenciones de infraestructura vial, siendo que el costo de los accidentes fue de R$ 10.800 millones.