Dice que el 70% del monto que reclaman en reintegros surgió de operaciones de dudosa legalidad.
Inmerso en una cruzada para sostener la recaudación, Ricardo Echegaray, el jefe de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), redobló ayer la carga sobre los exportadores, a los que volvió a reclamarles transparencia. Echegaray dijo que el 70% del monto que reclaman en reintegros no pagados por el Estado se originó en operaciones trianguladas con paraísos fiscales, algo que, a su juicio, abre "un margen de duda" sobre la legalidad de la transacción, es decir, sugieren la posibilidad de maniobras de subfacturación o sobrefacturación. "Son tóxicos", dijo al calificar estos movimientos, al cierre de una conferencia de prensa.
Exportadores consultados restaron importancia a la acusación. Afirmaron que el uso de los paraísos fiscales es una práctica vigente y común en el comercio global, vincularon el congelamiento de los reintegros al cuidado de la caja fiscal y sostuvieron que la AFIP cuenta con todas las herramientas como para detectar operaciones ilícitas.
El atraso en el pago de reintegros empeoró a fines del año pasado y se agravó en febrero y marzo últimos: el Estado no devolvió un solo peso. Echegaray volvió a justificar la decisión ayer: "Va a haber devoluciones para los exportadores que no estuvieron trabajando en su circuito de pago, financiero, o de facturación, con paraísos fiscales. Quienes operen con paraísos fiscales no van a recibir reintegros", sostuvo.
Para Enrique Mantilla, presidente de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA), se trata de un argumento parcial: "A todas las operaciones que no usan ese mecanismo no les están devolviendo. Entonces, eso explica una parte, pero no el total. Hay que decir que no están poniendo plata en la caja para pagar". Los exportadores reclaman $ 1900 millones en reintegros por operaciones de 2008 y este año, señaló Echegaray. El 70% de ese monto ?que se paga para fomentar las exportaciones con valor agregado? está atado a operaciones que pasaron por un paraíso fiscal, como las islas Caimán, Bahamas o Panamá. Para Echegaray, eso sugiere que hubo subfacturación (para pagar menos retenciones, por ejemplo) o sobrefacturación (para recibir más reintegros). Entre los productos involucrados el jefe de la AFIP nombró, sin dar nombres de empresas, a exportaciones de carne, aceites, harina, tubos de acero y laminados. Fuentes del grupo Techint, dueña de la única exportadora de tubos de acero, indicaron a La Nacion: "No triangulamos. Nuestro modelo de negocio implica vender producto y servicio, y por esto tenemos una red de oficinas y fábricas en 30 países para implementar el modelo de negocios global".
Las aceiteras realizaron el 100% de sus ventas al exterior a través de algún paraíso fiscal, dijo Echegaray, que mantiene disputas con estas empresas desde que comandaba la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (Oncca). "Cada nuevo funcionario que llega a la AFIP desempolva la cuestión de los paraísos fiscales. Eso es no entender nada de cómo funciona el comercio de granos: los exportadores tienen sede en esos paraísos porque allí están afincados legalmente los compradores", dijo una fuente de la industria.
Mantilla esgrimió un argumento similar. "Los paraísos fiscales también son centros financieros internacionales. Tienen crédito, y por eso pasan muchas operaciones comerciales por ahí. Es una realidad del comercio internacional. Es una modalidad vigente en el mundo. Y está aprobado en el tratado de la Asociación Latinoamericana de Integración", señaló. Mantilla agregó que la AFIP cuenta con el software y la información necesarios para detectar cualquier operación irregular. "Cuando algo está mal se discute. Se hace un ajuste y se paga. No es ningún problema. Los ajustes que se hacen están dentro de los estándares internacionales", concluyó.
Fuente: La Nación
04 – 08 – 09
MT