Paradojas de la economía: cuanto más protección despliegue un país, más expuesto a las represalias de sus pares quedará, cosa que equivaldría a entrar en un solitario circuito de desprotección.
Lo que hasta hace unos meses era temor ante el fantasma de un recurso tan familiar como temido, hoy tomó cuerpo: el proteccionismo empezó su desembarco, y no sólo en países como el nuestro, con una larga experiencia en la materia, sino en catedrales del libre mercado, como Estados Unidos.
De todas formas, las opiniones de los expertos están divididas. Hay quienes dicen que se trata de un tibio comienzo que se irá profundizando conforme lo haga la crisis, pero también quienes se ilusionan con la idea de que la crisis del 30 sirvió para aprender la lección y que en un mundo globalizado, con organismos que regulan el comercio, no hay espacio para el fenómeno.
"El proteccionismo está fuertemente instalado en la agenda internacional; por eso, como dijo Pascal Lamy [director de la Organización Mundial del Comercio] hay que fortalecer a la OMC", dijo Félix Peña.
El director del Instituto de Comercio Internacional de la Fundación Standard Bank distinguió "tipologías" de proteccionismo.
"Hay políticas proteccionistas, como cuando se toma la decisión de cerrar un mercado al comercio; instrumentos proteccionistas, que son herramientas para protegerse contra políticas desleales, y prácticas proteccionistas, que es cuando se utilizan mal los instrumentos para proteger a un sector o mercado. Hoy, uno de los principales problemas, es que hay mucho margen para, sin violar las normas de la OMC, ampliar los aranceles que se aplican, y lo mismo ocurre con los subsidios a la producción", sostuvo.
Alieto Guadagni cree que "existen condiciones objetivas que indican una tendencia al proteccionismo". Sin embargo, el investigador del Instituto Di Tella dijo estar convencido de que "no se puede extrapolar lo que pasa hoy con lo del 30 porque por entonces no existían los organismos con los que se cuenta en la actualidad".
"Las medidas proteccionistas que se han visto hasta ahora se han dado dentro de lo estipulado por la OMC. Lamentablemente, Doha fracasó, porque eso hubiera logrado aranceles consolidados más bajos y limitado así la posibilidad de aumento entre los que efectivamente se aplican y los permitidos", comentó.
Guadagni y Peña coincidieron en otro punto: uno de los mayores dilemas ante la crisis es la falta de liderazgos mundiales.
"No sólo se observa una falta de liderazgo global para discutir el tema comercial, sino también para afrontar problemas muy severos como el del calentamiento terrestre, la discusión pendiente de los países centrales por la deslocalización de sus industrias, el viejo tema agrícola, el cartel de la OPEC. ¿Qué se hará, por ejemplo, con los países que no acepten lo que se acuerde respecto del calentamiento global? ¿Se les aplicarán represalias comerciales?", se preguntó Guadagni.
Peña explicó: "El impacto de la crisis global en el comercio mundial, las tendencias al proteccionismo y la conclusión de la Ronda de Doha, han quedado como cuestiones centrales de la agenda de la cumbre que el G-20 tendrá en abril próximo, en Londres. La incógnita es si el G-20 podrá acordar acciones que penetren en la realidad, porque sufre de un déficit de credibilidad. Lo que se acordó en Washington sobre el proteccionismo y, en particular, sobre la conclusión de la Ronda de Doha, el año pasado, no pudo cumplirse".
Aunque los líderes de los países desarrollados y emergentes que integran el bloque habían anunciado su decisión de no levantar nuevas barreras comerciales, desde entonces se concretaron varias acciones que sugieren el avance proteccionista, como la disposición de "compre norteamericano", del paquete de estímulo de Estados Unidos, los subsidios a las exportaciones de productos lácteos en la UE y un paquete francés para los fabricantes de automóviles.
Los hechos obligaron al propio Lamy a hacer una suerte de pedido de "mínima" en los últimos días. "Sus compromisos, en noviembre último, de rechazar el proteccionismo e impulsar la finalización de la Ronda de Doha fueron útiles. Necesitamos por lo menos lo mismo esta vez", dijo, en medio de los preparativos para el encuentro de Londres.
Diego Pérez Santisteban, director asociado de Deloitte y directivo de la Cámara de Importadores, destacó: "Tenuemente empiezan a aparecer voces que alertan sobre la proyección de una película que ya vimos. En el 30, la reacción general fue de proteccionismo y fue lo peor que pudo ocurrir porque el comercio tardó años en recuperarse. Eso está muy presente en la memoria colectiva y una muestra es lo que pasó en Brasil con la reacción de Lula, quien 48 horas después de que su ministro de Economía anunciara la puesta en marcha de licencias previas de importación, dejó sin efecto la medida".
¿Primará en el mundo una tendencia hacia el proteccionismo? Gustavo Segré, de Center Group, no tiene dudas: "Absolutamente. Ya hay ejemplos claros en Ecuador y la Argentina. Las medidas que se han tomado hasta ahora no violan lo admitido por la OMC, pero el problema es que, cuando un país aplica cláusulas proteccionistas, produce una suerte de reacción en cadena. La crisis achicó el mercado; habrá menos consumidores, razón por la que habrá que buscar nuevos mercados y desarrollar estrategias para aumentar el consumo local. Cada país intentará lo mismo y hasta que el mercado se acomode a las nuevas cantidades no sería raro que aumentaran las medidas proteccionistas de tipo paraarancelarias".
Ricardo Carciofi, director del Instituto para la Integración de América latina y el Caribe (Intal), del Banco Interamericano de Desarrollo, tiene una visión más optimista.
"La experienc
ia del 30 fue terrible, y si bien la situación actual es muy seria, ocurre sobre una construcción internacional diferente porque hay de donde tomarse. Casi todos los países son miembros de la OMC. Es cierto que las reglas estipuladas tienen margen para que, sin quebrarlo se entorpezca el ambiente, pero eso no es inexorable."
Un reciente artículo publicado por el Intal alerta sobre el tema al señalar "crecientes presiones proteccionistas que surgen del contexto de recesión y aumento del desempleo".
"La experiencia de los años 30, cuando se recurrió sin éxito a instrumentos proteccionistas para mitigar el impacto de la crisis, pone en evidencia el riesgo para la economía mundial de las políticas de "empobrecer al vecino", dado que las medidas que podrían haber sido efectivas para un país específico tuvieron efectos devastadores al ser aplicadas a nivel mundial. La existencia del sistema multilateral de regulación del comercio daría cierta garantía de que un colapso del comercio mundial de esa envergadura no se repita. Sin embargo, un aumento del proteccionismo consecuente con las reglas de la OMC es una posibilidad real", dice el trabajo. Más adelante, se explica que un aumento de los aranceles hasta los niveles consolidados reduciría en un 7,7% el comercio mundial, y que algo similar ocurre con los subsidios ya que muchos países -como Estados Unidos y los de la UE- "tienen margen para incrementar las ayudas aplicadas en función de sus compromisos consolidados".
"Hoy no hay margen para hacer cualquier cosa. El mundo es más complejo, como lo muestran las coaliciones variables que se ven en Doha. La clave es cuidar lo que existe y las expresiones políticas son favorables a mantener estos logros", dijo Carciofi.
Juan Carlos Arnau, ex embajador argentino ante la OMC, dijo que, si se tiene en cuenta la magnitud de la crisis, "la protección es casi nada". "Hay consenso en que si algo no resuelve esto es poner barreras al comercio. La llegada de los demócratas al poder [en Estados Unidos] reabre tres temas importantes: el yuan está subvalorado y China manipula el valor de su moneda para frenar las importaciones y aumentar las exportaciones. EE.UU. tratará de frenar acuerdos de libre comercio (aspecto en el que el ex presidente Bush fue muy activo) e intentará la revisión del Nafta en dos temas: medioambiental y laboral, porque no quieren que haya diferentes estándares a los suyos", comentó.
¿Puede considerarse proteccionista el "compre norteamericano"?, preguntó LA NACION a Sánchez Arnau. "Habrá muchas medidas de ese estilo, como ocurrió en Francia con el tema de las automotrices, países dispuestos a inyectar dinero para evitar la deslocalización de sus industrias y lograr que los próximos modelos se fabriquen en su tierra. Se verá más intervención de los estados, como ya está ocurriendo en los bancos tanto europeos como norteamericanos", vaticinó.
¿Estamos frente a un resurgimiento del proteccionismo? "Hoy todos saben que la vía para que crezca la economía es el crecimiento del comercio mundial y que, por lo tanto, no se pueden generar barreras ahí. Donde veo más riesgos de aparición de barreras es en el comercio de servicios, porque la crisis es financiera", respondió.
Peña se mostró esperanzado: "Se supone que los pueblos aprenden de sus errores. Y los de la década del 30 fueron suficientemente dramáticos como para que no se extrajeran lecciones para estos tiempos".
Albert Einstein dijo que la locura es hacer siempre lo mismo y esperar resultados diferentes. El tiempo dirá si, ante la crisis, el mundo se comportó locamente.
Fuente: La Nación