La Cepal advierte signos de recuperación en la Argentina

"Hay una lenta recuperación y una recomposición de la base de los negocios", declaró el director de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Bernardo Kosacoff, en una entrevista firmada por Mariana Shaalo, en iProfesional.com.


A pesar de destacar la fortaleza de las compañías, el director de la CEPAL, Bernardo Kosacoff, admitió que dejaron de crecer y erosionaron sus márgenes de ganancia durante la crisis. Aseguró que la economía presenta signos de recuperación pero advirtió que es prioritario revertir la desigualdad


El director de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) Bernardo Kosacoff, aseguró que las empresas argentinas actualmente están operando con un nivel de actividad similar al de los años 2006 y 2007 y destacó la fortaleza que demostraron durante el pico de la crisis internacional.


En este sentido, el economista reconoció que las companías locales dejaron de crecer y erosionaron sus márgenes de ganancia pero remarcó que siguen obteniendo beneficios y "tienen un punto de partida muy razonable para hacer una fuerte contribución a la recuperación de la economía argentina".


Según Kosacoff, el país presenta signos de recuperación pero es prioritario revertir la desigualdad e inequidad, porque "no hay desarrollo posible con la distribución del ingreso y la pobreza que tiene hoy la Argentina".


-¿Cuál es el estado actual de la economía argentina?

-Después de un semestre muy tormentoso como fue el último trimestre del 2008 y el primero del 2009 se observan algunos signos que denotan que la economía argentina recuperó algún nivel de normalidad y estamos en un punto de partida como para poder tender hacia un desarrollo sustentable.


-¿La Argentina está en condiciones de aprovechar la recuperación mundial?

-El escenario internacional siempre impacta sobre nuestra economía y en este sentido hay dos aspectos de la situación internacional que son positivos: el notable crecimiento de China y la recuperación de Brasil. Asimismo, aparece una situación de mayor liquidez internacional. Hay que tener una actitud precautoria porque la crisis internacional fue notablemente profunda pero en este momento hay signos firmes de una lenta recuperación.


-¿Cómo ve la disminución de la salida de capitales registrada en agosto y este apetito por activos financieros locales registrado en los últimos días?

-Es una buena noticia. Sin lugar a dudas, la situación complicada de la economía argentina se generó fundamentalmente por este elemento de incertidumbre en donde los agentes económicos tuvieron una preferencia notable por la dolarización de los portafolios. Desde fines del 2007 hasta julio salieron u$s44.000 millones. Esto produjo un impacto muy negativo en términos de tener un proceso de recuperación mucho más consolidado. El último mes disminuyó esta salida, es una noticia positiva y esto tiene distintas razones: por una parte, la recuperación que se está observando en algunos sectores económicos, también hay algún impacto asociado al blanqueo de capitales y a la moratoria, y por último, alguna señal por la cual la gente tiene alguna percepción de que el financiamiento del sector público para este año está de alguna forma garantizado. Además, existe un saldo comercial positivo notablemente fuerte que hace que la expectativa devaluatoria sea mucho menor.


-¿Esta tendencia puede consolidarse o es algo pasajero?

-Hay que hacer todos los esfuerzos para consolidarla porque esta tendencia tiene dos componentes: los números reales de la economía y las percepciones de la gente. En este sentido, es notablemente importante que las personas recuperen una mayor confianza y desaparezca este elemento tan negativo para la economía argentina.


-¿Cómo influye en la economía argentina la preferencia por dolarizar portafolios?

-La salida de capitales durante estos últimos 24 meses fue de alrededor de 7 puntos del producto. Si esos fondos se hubieran volcado a la demanda o a la inversión el funcionamiento de la economía argentina hubiera tenido una dinámica distinta. En plena crisis, todos los países del mundo vieron erosionado el proceso de inversión. Eso es absolutamente razonable porque se produjo una caída del comercio internacional de 30%, reducciones muy fuertes del empleo y esos son signos muy claros de exceso de capacidad instalada. A nivel internacional se ve compra de activos devaluados, toma de posiciones en empres
as que tienen problemas de solvencia o liquidez y más procesos de adquisiciones que creación de nueva capacidad productiva. Esto nos va a acompañar los próximos meses, no sólo en la Argentina sino también en el escenario internacional.


-¿Qué medidas deberían tomarse desde el Gobierno para lograrlo?

-Todas. Ahora no hay medidas aisladas. Justamente se requiere un plan integral en donde se demuestre solvencia macroeconómica y una visión compartida entre el sector público y el privado. No se necesita una medida aislada. La posibilidad de generar condiciones de mayor consenso y más participación en la toma de decisiones de las cuestiones que atañen al país puede ser elementos importantes para recuperar este proceso de confianza.


-Muchos analistas dicen que es necesario un ajuste fiscal. ¿Usted lo ve como inevitable?

-Si hoy la Argentina tiene una caída de los ingresos fiscales es normal porque se generó una fuerte erosión de los ingresos producto del comercio exterior, la demanda local y al mismo tiempo, un conjunto de reclamos de políticas muy fuertes que insumen gasto público. El problema de la Argentina no es cual va a ser su resultado fiscal sino recomponer la capacidad de poder financiar al sector público. El drama más importante es que a pesar de tener números fiscales muy fuertes y necesidades de financiamiento notablemente bajas, aparecen serias dificultades para obtener fondos.


-¿Estamos cerca de volver a los mercados internacionales con las medidas que trascienden desde el Ministerio de Economía?

-La tendencia es muy clara hacia esa dirección pero es un proceso lento. La mejora de los títulos públicos de estos días es un fiel reflejo de una mayor confianza de la capacidad de pago del sector público. Estamos en condiciones de resolver el tema de los holdouts, acceder al Club de País, ir recomponiendo lentamente el vínculo con los organismos internacionales y en última instancia volver a los mercados voluntarios de crédito internacionales.


-¿La Argentina está muy lejos de lograr un proceso de desarrollo?

-Sí. Lamentablemente si uno lo entiende como desarrollo inclusivo esa es la asignatura pendiente y esto no es problema de este Gobierno. Esto comenzó en el Rodrigazo de 1975. Los sectores más humildes fueron quienes financiaron la alta volatibilidad del país y las crisis permanentes. La Argentina tiene niveles de pobreza, indigencia y un esquema actual de distribución del ingreso que no tiene nada que ver con el de hace 30 años atrás. No hay desarrollo posible con la distribución del ingreso y la pobreza que tiene hoy el país. Cuando pensamos en todas las medidas del Gobierno, no es simplemente para que haya consistencia macro, hoy el tema priotario es saber como se revierte la situación de desigualdad e inequidad en nuestra sociedad.


-¿Cuáles le parece que son los países que están mejor económicamente en la región?

-La situación de la región es notablemente heterogénea. El país que más ha sufrido la crisis y que tiene serias complicaciones para recuperarse es México. Los dos países estrella son Chile y Brasil. En particular, Chile por su notable capacidad de ejecución de políticas públicas a través de fondos anticiclicos generados anteriormente y ahora la gran ayuda del alza de los precios internacionales de sus productos. En tanto, Brasil salió de la recesión y tuvo un proceso de recuperación notablemente importante.


-A contramano de la Argentina ¿Las políticas públicas de Brasil apuntan al desarrollo?

-El punto más significativo en el largo plazo es que a pesar que es una economía que creció relativamente poco y que sigue con problemas distributivos y de equidad, se dieron algunos cambios estructurales que son muy positivos como el fortalecimiento de las cadenas agroindustriales y su capacidad en el mundo de la aeronáutica. Además, han logrado autoabastecimiento de petróleo y hoy Petrobras tiene 5.000 ingenieros que son absolutamente lideres trabajando en plataformas submarinas. Estar en la frontera técnica internacional en esa tecnología tan compleja le está generando capacidad de recursos energéticos, algo que siempre fue una de las restricciones básicas de funcionamiento de la economía brasilera. Por otra parte, recuperó plenamente su ingreso al mercado de capitales, tiene una situación de investment grade y de financiamiento que ayuda mucho en términos de apalancar el desarrollo económico.


Situación micro

-¿Cuál es el estado actual de las empresas argentinas?

-Comparado con la crisis del 2001-2002, la situación es notablemente más positiva y en esto tiene que ver que las empresas tuvieron desde el 2003 hasta el 2008 un período muy largo de recuperación en su base de negocios sin recurrir a ningún financiamiento internacional y a través de un fuerte proceso de ahorro propio. La microeconomía en la Argentina tiene una característica distintiva en toda América latina: las empresas locales fueron las únicas que no vivieron la
fiesta de los derivados financieros. En primer lugar, porque la Argentina estaba ajena a los mercados voluntarios de crédito y porque en el momento más alto del nivel de actividad las empresas optaron por abastecerse vía importaciones para sostener la demanda argentina y no se endeudaron en procesos de inversión. La crisis internacional encuentra a las empresas argentinas con niveles de endeudamiento notablemente bajos y el nivel de morosidad está entre 6% y 7% cuando al final de la convertibilidad era del 27%. Hoy en día no hay crisis del sistema financiero justamente porque no hay carteras morosas ni incobrables.


-¿Cuál es el panorama que se les abre a las empresas con este viento de cola que viene de afuera?

-No ha habido una implosión de la demanda y el nivel de actividad lentamente se está recomponiendo. El valor actual de nuestros precios internacionales es muy razonable en términos de seguir desarrollos que sean rentables. La ayuda de la demanda brasileña, específicamente en algunos sectores como el automotriz, es sumamente importante. Hoy las empresas están operando con un nivel de actividad similar al que tenían en 2006 o principios del 2007, que fueron buenos años. Se ha dejado de crecer, los márgenes se han erosionado pero siguen siendo positivos y creo que tienen un punto de partida muy razonable para hacer una fuerte contribución a la recuperación argentina.


-¿Hay una recuperación del sector industrial?

-Ya en los últimos tres meses se observa un cambio de tendencia y esto es claramente muy heterogéneo. Quizás la mejor sorpresa vino durante la crisis en los sectores de consumo masivo donde las caídas del nivel de actividad fueron notablemente pequeñas. Otros sectores fueron más afectados y justamente tiene que ver con el retroceso de la inversión en la industria de la construcción, turismo y algunos servicios. Se observa una lenta recuperación, un amesetamiento y una recomposición de la base de los negocios. En particular, es muy emblemático lo que sucedió con la industria automotriz: a fines del año pasado si les decían que el nivel de caída estaba en torno al 40% les parecía razonable y van a terminar el año con una baja menor al 20%. Esto tiene que ver con la fuerte recuperación de Brasil pero también con la del mercado doméstico.


-El INDEC reconoció una suba del desempleo y varios analistas privados lo sitúan por encima de los dos dígitos. ¿Cómo piensa que va a evolucionar durante el resto del año y en el 2010?

-Uno de los aspectos más positivos que tuvo el cambio de régimen económico en sus primeros años fue la alta elasticidad de creación de empleo. Ya hace varios años que la creación de empleo disminuyó y ahora se observa una aceleración en la tasa de desocupación que ha impactado en forma notablemente heterogénea. Ha tenido un efecto menor en el sector formal de la economía, que son dos tercios de los ocupados, y uno muy negativo en el informal. Las empresas tendieron a mantener los empleos al interior de sus compañías y la caída del nivel de actividad impactó mucho más sobre las parte externa de las firmas. El sector informal fue el más afectado y es en el cual se observan procesos de recuperación del poder de compra mucho más lentos.


-¿Va a continuar este proceso?

-Sí y requiere de fuertes intervenciones y políticas públicas para revertir esta situación porque justamente el sector informal tiene notables dificultades para atenuar los efectos negativos de la desaceleración del proceso económico.


Redacción deNexos

1/10/2009