“La transformación digital tiene una aceleración muy importante”

El presidente de GS1 Argentina, Guillermo Fazio, destacó la oportunidad de crecimiento que se abrió para las pymes a partir de la expansión tecnológica y sus múltiples soluciones.

 

Cuanto más simple sea la integración, mayor será el valor agregado para el sector privado, al hacer más eficiente toda la cadena.


La transformación digital está abriendo caminos a una velocidad impensada hace no mucho tiempo. Las empresas y organismos, tanto públicos como privados, más allá de sus disímiles realidades, tienen un gran camino por delante. La pandemia aceleró y potenció la búsqueda de soluciones tecnológicas, mientras los desafíos se multiplican en un mundo incierto.
En ese contexto, hay iniciativas que apuntan a establecer parámetros y fomentar el uso de estándares que mejoran las cadenas de valor. Identificar de forma única, capturar de manera precisa y compartir automáticamente información vital sobre los productos, localizaciones y activos son algunos de los objetivos de la organización global GS1. En la Argentina, en donde tiene 18.500 asociados, la entidad también se reafirma como un puente entre múltiples actores con el fin el beneficiar al consumidor.
“Lo que hizo la pandemia durante todo este tiempo fue acelerar la necesidad de conectar virtualmente a las empresas entre sí y, a su vez, con el Estado. Nuestro rol es interactuar en ese ecosistema para generar soluciones que le aporten eficiencia a la cadena”, dijo Guillermo Fazio, presidente de GS1 en el país.

 

¿Cómo se están transformando digitalmente las empresas?
La transformación digital no es algo que comenzó con la pandemia. Viene pasando hace algunos años con un ritmo y nivel de aceleración muy importante. Estos procesos están liderados desde las empresas grandes, porque suelen tener presencia en distintos lugares del mundo, pero involucra a todos los actores. Nos sorprendió mucho el grado de flexibilidad y adaptación de herramientas digitales que tuvieron, sobre todo, las pymes. Hubo un gran crecimiento. Lo que hizo la pandemia durante todo este tiempo fue acelerar la necesidad de conectar virtualmente a las empresas entre sí y, a su vez, con el Estado.

 

¿Qué tipo de necesidades tienen las empresas más chicas?
Son diferentes, como los códigos de identificación de productos, materias primas o materiales –que es una de las áreas básicas de GS1-. Van desde el código de barras hasta el RFID o el data matrix, que son aplicaciones más complejas.

 

¿Y de qué manera pueden acceden a este tipo de tecnologías?
Podemos ayudar a las empresas a generar un puente con los proveedores que hacen ese tipo de soluciones. En nuestro centro de desarrollo, en el barrio porteño de Chacarita, se pueden probar estándares, herramientas o elementos disponibles en el mercado local. También sirve como un showroom para que muchos proveedores puedan mostrar las cosas que hacen. Además, contamos con cursos de capacitación para nuestros asociados y programas como “Del Beep al Click”.

 

¿En qué consiste esa iniciativa?
La denominamos así para mostrar la evolución del sonido del escáner o de la caja registradora al mouse de la PC. Se transformó en un programa muy importante para la organización, a nivel nacional. La idea fue generar beneficios dentro de lo que teníamos a nuestra disposición para que las empresas comenzaran con su proceso de digitalización, que va desde la adopción del código de barras hasta la creación de un canal propio de ventas on line. Hicimos acuerdos colaborativos con ministerios de más de nueve provincias y se sumaron más de 300 nuevos socios a GS1 Argentina a partir de este programa. La repercusión fue muy buena. Varias entidades de nuestra organización, en otros países, lo están replicando.

 

¿De qué se trata la plataforma “Edi GS1”?
Permite democratizar los negocios facilitando a las pequeñas y medianas empresas el acceso a las mejores soluciones tecnológicas, a la posibilidad de integrarse entre ellas e, incluso, con las grandes compañías y el Estado, de igual a igual. Facilita la digitalización del papel en las transacciones comerciales. La venimos desarrollando desde hace dos años y medio.

 

¿Cómo es el intercambio con los diferentes entes estatales?
Nos vinculamos con los distintos niveles del Estado desde hace varios años, como el Senasa, la Anmat o la AFIP, entre otros, ayudándolos a implementar soluciones. Una parte significativa de las relaciones que tienen las empresas privadas es con el mismo Estado. Cuanto más simple sea la integración, mayor será el valor agregado para el sector privado, al hacer más eficiente toda la cadena. Existe un diálogo muy constructivo. Entendemos que el sector público es un actor fundamental en este proceso.

 

Cada vez es más común escuchar hablar sobre trazabilidad. ¿Cómo evalúa su evolución en la Argentina?
Viene creciendo de manera muy fuerte. Cuando se empiezan a abrir mercados en el exterior, esta herramienta demanda un papel relevante. En GS1 pusimos en marcha un proyecto que se llama TrazAR, que permite una trazabilidad de punta a punta básicamente de cualquier tipo de proceso. Para nombrar un caso, con el Senasa trabajamos en lo referido a productos cárnicos.

 

Hace casi dos décadas, la entidad realiza de forma anual una medición relacionada sobre el faltante de mercadería en góndola. Durante el año pasado, ¿cuál fue la variante?
Al cambiar las reglas por la pandemia y no poder hacer las visitas habituales una o dos veces por año a las tiendas para medir las disponibilidad o faltantes de productos, hicimos una adaptación digital, llamada In Stock. Es un estudio de disponibilidad de mercadería en las bocas de los supermercados que ayudó mucho a las compañías de consumo masivo a entender cómo se está abasteciendo y cómo se reciben los productos. A su vez, nos permitió trabajar con el cien por ciento de las sucursales, aunque nos quitó, por otro lado, la posibilidad de verificar físicamente que los productos estén en su góndola. Básicamente trabajamos con el cruce de información de las cadenas de supermercados y de GS1. Eso nos facilitó identificar cómo se estaban abasteciendo.
 

En este sector, ¿qué impacto tiene la digitalización en el empleo?
Lo que está generando la transformación digital son muchos empleos que antes no existían y con valor agregado. Hoy, hay una serie de roles y funciones que en el pasado no existían. Lo que permite la digitalización es asegurar la trazabilidad de los productos a lo largo de la cadena y garantizar que la preparación de los pedidos en los centros de distribución o depósitos sea más precisa.