or Susana Boragno
Para LA NACION
Exist() una marcada resistencia a reemplazar la traccion animal por los primeros vehiculos de motor. La transition result6 traurnatica por la oposicion de los conductores, el carrero nunca fue chofer, no queria subir a manejarlos porque lo consideraba casi como una traiciOn a su profesion.
Muchos se fueron al interior a seguir trabajando; a otros, los duelios de tropas de carros tuvieron que indemnizarlos. Este proceso comenz6 en la zona urbana metropolitana donde la dinamica del camion comenzaba a ser irreemplazable, la necesidad y el mercado despues hizo el resto. Se decia que en ninguna capital importante del mundo habia mas trafico de vehiculos de traccion a sangre que en Buenos Aires y esto constituia la causa principal de la mala circulaciOn en determinadas horas del dia, factores que debian ser contemplados en la metropolis, aunque se reconocia que el problema del trafico se debia a varias causas, multiples y complejas.
El espacio que ocupaba una chata, un carro o un camion excesivamente grande tenia /lids importancia de lo que se suponia. Estudios comparados en otros paises habian determinado que a medida que se fueron
retirando la circulation de carros, el trafico se hizo mas agil.
El nuevo sistema permit() incorporar un niunero mayor de vehiculos para cubrir las necesidades del transporte con manejo mas facil y con una rapidez incomparable. Se decia: «En nuestro pais circulan muchos carros, si hasta la Asistencia Publica es tirada por caballos. (…) El carro, la chata es la desesperacion del trafico y un peligro constante».
Por entonces el sistema mixto que comenzaba a rodar en la ciudad, con tanta circulaciOn, contribuia a incrementar el numero de accidentes diarios. Esto se complicaba mas cuando el carro tenia dos o maps caballos, que a su vez requeria mucha habilidad de su conduc¬tor que en algunas oportunidades era un menor, a pesar de estar esto prohibido.
Paso de carreta
Muchas veces se contaba con la mala voluntad de quien lo manejaba que por una cuestion de amor propio, se obstinaba en circular cuadras y cuadras en un andar cansino y no hacerse a un lado para al paso del tranvia, provocando una Ma inter¬minable de vehiculos que venian a paso de carreta que sin ocultar la contrariedad ensordecian con el sonido de las bocinas y el talan talan del tranvia.
El carrero continuaba imperterrito al paso del caballo y creia lastimar su hombria si cedia al clamor de las bocinas. Se sumaba a estos inconvenientes la action de los agentes policiales que no actuaban en consecuencia y no obligaban al conductor a ceder el paso, porque se lo consideraba una cuestion de cultura popular. Mien
tras no se prohibiera la circulaciOn a sangre la municipalidad deberia hater observar el cumplimiento de las ordenanzas que existian en vigor sobre la materia y la policia tenia la funciOn ejecutora, pero no habia demostrado ser una eficiente colaboradora de la action municipal en materia de trafico.
Por otra parte se insistia en las ventaj as que traia la utilization del camion y los conceptos a tener en
cuenta en la decision de una buena compra. En carreteras normales el camion transportaba su carga a una velocidad tres veces mayores que el carro y por lo tanto en una jornada completa la traccion a motor realizaba un trabajo de rendimiento triple. Ademas de condiciones de caracter economicas brindaba posibilidades esteticas, como unas manifestaciones tempranas de publicidad en la via publica, se podian construir ca
rrocerias vistosas y colocarles letreros de irtil propaganda.
A su vez, favorecia y mejoraba las condiciones de higiene. El garaje para su guarda reclamaba un espacio reducido y que aim podia estar inmediato a las mismas habitaciones. En cambio, los carros debian contar con una caballeriza para los animales que resultaban pestilentes, donde abundaban las moscas, germenes nocivos y la inquietud constantes «de las bestias que hacian a su vecindad into¬lerable y enfermiza». Se comentaba: «Nadie desconoce los molestos aspectos que implica el rodeo de animales, el tiempo y la lentitud desesperante de la labor. En epocas de poco trabajo los caballos consumen las mismas raciones, por el contrario el consumo del transporte en camiones es propor¬tional al trabajo que realiza».
Frente a los tantos inconvenientes que resultaban del use de los carros y chatas, la imposition del camion estaba asegurada y su aparicion fue el requiem de la traccion a sangre.
La autora es historiadora especializada en medios de transporte. Email: susanaboragno@fibertelcom.ar