Uruguay busca convertirse en un polo logístico regional

 

El plan forestal uruguayo y la radicación de importantes inversiones del rubro celulosa sobre las márgenes de la hidrovia han despertado un fuerte interés en grupos inversores europeos y estadounidenses por atender a las necesidades de infraestructura logística impuestas por el rubro.

 

Tengamos en consideración, que a la relocalizada empresa ENCE, a causa del diferendo diplomático bilateral con Argentina, y a la planta Botnia, ya en funcionamiento, se sumarán cuatro nuevos mega proyectos de inversión del rubro celulosa: la sueco-finlandesa Stora Enso, la portuguesa Portucel, la japonesa Nippon Paper Group y la estadounidense International Paper.

Cada una de estas inversiones industriales ha representado o representará, por separado, un desembolso de capital cercano al 10% del magro PBI uruguayo, sin tomar en consideración su impacto multiplicador sobre las etapas pre y post productivas, fundamentalmente la logística fluvio-marítima.

Tengamos en consideración que desde 2006 se transportaron cerca de seis millones de metros cúbicos de producción forestal, proyectándose para el 2015 poco más de trece millones. Esto impulso a toda velocidad la inauguración de la terminal multipropósito ONTUR en el puerto de Nueva Palmira, puerta de la hidrovía y nexo fluvio-marítimo cuasi natural, donde el acopio techado de pasta celulosa alcanza ya los 30.000 m2, incesantemente incrementado por cada una de las barcazas que transportan 3500 toneladas en cada uno de sus viajes.

Botnia y las restante cinco papeleras proyectadas, al igual que sus nodos de aprovisionamiento de insumos, se encuentran tácticamente distribuidas tanto sobre los márgenes de los Ríos Uruguay y Negro, a orillas del de la Laguna Merín, así como en la puerta misma de acceso a la hidrovía. Teniendo en cuenta estos datos no resulta para nada curioso que los Países Nórdicos, pioneros en el rubro, hayan hecho públicas sus aspiraciones de liderar las inversiones de para la refuncionalización de la infraestructura portuaria de los puertos de Montevideo, Nueva Palmira, Fray Bentos, Paysandú, Juan Lacaze, Colonia y Salto. En este tren de acontecimientos se inscribe el manifiesto interés de la danesa Maersk de presentarse a llamados a licitación pública en el rubro y la creciente cooperación percibida entre el Hamburg Hafen Marketing (HHM) y de la Hamburg Port Authority (HPA) para con la Agencia Nacional de Puertos del Uruguay (ANP).

Pero el plan forestal sólo ha dado el puntapié. En este momento, el 65% de las descargas realizadas en las terminales portuarias uruguayas tienen como destino final a alguno de los tres restantes miembros del Mercosur, representando un paquete de negocios que aporta a la economía uruguaya cerca de 2000 millones de dólares anuales. De este modo, el Puerto de Montevideo representa ya el 20% del movimiento de contenedores del Mercosur, motivo por el cual, al mismo tiempo que los grandes armadores se encuentran cada vez más atraídos a radicar negocios en ese país, estado uruguayo promociona los servicios de soporte logístico y transporte como un fin en si mismo.

Basta sólo con detenerse a observar para corroborar como se han multiplicado las iniciativas público-privadas tendientes a generar nuevos nodos portuarios: 1- la zona de La Agraciada, donde la empresa Rio Tinto prevé instalar una terminal desde donde dar salida a su producción siderúrgica proveniente de Corumbá; 2- la terminal pesquera de Capurro, lugar en el que ANCAP proyecta una ampliación; 3- las cercanías de La Paloma, que en breve será licitada con el objeto de instalar una terminal procesadora de gas natural; 4- Los predios de Ence en Conchillas; 5- y el audaz proyecto de abrir un camino hacia la hidrovía del norte, vía las Lagunas Merín y de los Patos, entre otros tantas.

En el caso de Uruguay, la previsibilidad política, el incentivo a la inversión extranjera, la potenciación de su competitividad forestal y la revalorización de su privilegiada ubicación geográfica constituyen variables intencionalmente direccionadas que pueden hacer de él un polo logístico regional.

Fuente: Juan Recce – Docente universitario e Investigador del Centro Argentino de Estudios Internacionales (CAEI)