Bahía Blanca: dinamismo portuario

 

 

 

En una extensión de 25 kilómetros, el estuario de Bahía Blanca tiene cinco puertos, cada uno con características particulares, donde el de Ingeniero White se destaca por ser el referente comercial por excelencia. La profundización de los canales, la concreción de millonarias inversiones y compromisos inmediatos por 320 millones de dólares en otros dos emprendimientos reflejan el dinamismo portuario de la región.

 

 

Ingresando por la ría de Bahía Blanca, Puerto Rosales no deja de trabajar por su autonomía y, en la práctica, es el puerto por el que se han movilizado tradicionalmente la mayor cantidad de combustibles pesados del país. A su lado está Puerto Belgrano, con la base naval de la Armada. Siguiendo con la navegación hacia la cuña que el territorio bonaerense abre en este sector portuario encontramos Ingeniero White, Puerto Galván -con sus postas de inflamables- y Puerto Cuatreros, en General Daniel Cerri, hoy utilizado para actividades deportivas y que a mediados del siglo pasado se lo relacionaba directamente con las exportaciones frigoríficas de la entonces Cap-Cuatreros.

Lo que faltaba incorporarle al tradicional movimiento de cereales, petroquímicos y combustibles era la carga general. Se lo logró con una actividad que no se daba en este puerto como es la carga en contenedores. Con un elevado crecimiento han vuelto a salir productos que, como la fruta, habían pasado a puertos patagónicos (de lo que se informa por separado). Un próximo proyecto sería recuperar el otrora puerto pesquero y abrirles las puertas a todos los productos que se elaboran desde el centro y sur del país. La proyección en tal sentido apunta a mover mercadería desde Cuyo, Neuquén, Río Negro y La Pampa.

Los avatares económicos mundiales no son ajenos a esta estación marítima. De hecho se ha visto una importante reducción en los productos exportados -de 12.528.446 a 11.983.128 toneladas entre enero y noviembre de 2007 y 2008, respectivamente- y hasta la ruptura de negocios ya confirmados en octubre, con el regreso a origen de la mercadería que estaba embarcada o embarcándose.

En cuanto a las inversiones inmediatas, el proyecto de Potasio Río Colorado, subsidiaria de la minera multinacional anglo-australiana Río Tinto, figura como uno de los principales, más allá de las obras que las autoridades portuarias proyectan encarar como la profundización del canal, la adecuación de las redes ferroviarias y rutas más anchas para evitar el congestionamiento del tránsito de camiones y darle fluidez al movimiento en general. En cereales y oleaginosas la llegada de Dreyfus y la tradicional Oleaginosa Moreno se suman al dinamismo regional.

Las inversiones todavía cuentan con terreno fértil, pero con ciertas limitantes, a tal punto que quienes analizan la costa norte de la ría de Bahía Blanca estiman que en muy poco tiempo quedarán unidas Punta Alta e Ingeniero White a raíz de la radicación de empresas, hecho que se confirmará cuando se materialice la Zona Franca Bahía Blanca/Coronel Rosales, hoy en etapa administrativa.

 

Fuente: La Nación