Estiman que los combustibles seguirán en alza en las provincias

En el interior, el costo de las naftas es 25% mayor que en la ciudad de Buenos Aires. El cierre de estaciones de servicio achicó la competencia y favorece las subas.

“Para mí esta crisis fue peor que un divorcio: he perdido la mitad de mi patrimonio, y mi mujer todavía sigue en casa”, dice risueño, “para no llorar”, el dueño de una estación de servicio de Santiago del Estero, cuya rentabilidad cayó en los últimos tiempos un 40%, pese a que su nafta cuesta un 25% más que en la ciudad de Buenos Aires.

Sucede que en la Capital Federal la presencia del todopoderoso secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno incide en los números. ¿Cómo? El costo de la nafta en Capital y Gran Buenos Aires es uno de los ítems que conforma la medición del Indec, que el Gobierno sigue atenta y vigilantemente.

Además, en las provincias hay menos estaciones de servicio; por lo tanto, la competencia es menor, al no haber tantas bocas de expendio, y entonces los precios suben. “Lo que pasa es que la carga impositiva nos mata; además, tenemos que pagar el costo del flete, que también es representativo y aumenta cada día más”, se escuda bajo el off the record el dueño de una estación de servicio en Neuquén.

Coinciden algunas empresarios del sector al decir que las estaciones del norte del país pueden cobrar unos centavos más porque le venden mucho a los automovilistas de los países limítrofes, en especial de Paraguay y Bolivia, que cruzan la frontera para ahorrarse unos pesos.

Otra modalidad muy difundida a mediados del año pasado, cuando hubo desabastecimiento de gasoil, fue comprarlo barato en Capital para venderlo mucho más caro a los productores agropecuarios que no conseguían el producto, indispensable para poder levantar la cosecha. También se lo revendían a los mineros, las industrias, los transportistas y las usinas eléctricas.

“Luego, las empresas se avivaron y empezaron con los mecanismos de control, pues no les convenía estar vendiendo un producto que debían importar a un precio más caro”, revela un empresario.

El dueño de una estación de servicio de Esso revela que la firma tiene su propia estrategia: “Te dan el combustible a consignación y lo pagás a los seis días, vendiéndolo al precio que ellos te dicen; o, si tenés el capital suficiente, le comprás vos directamente la nafta y ahí tenés la libertad de venderla al precio que querés. Mi táctica es ir subiendo la nafta más cara de a pocos centavos por semana, para que el impacto en el bolsillo del automovilista no sea tan brusco, pues ya tengo mi clientela, pero que a su vez me quede algo de rentabilidad para mi”.

A su vez, en la petrolera dividen a las estaciones en A, B y C: las A son las que están más cuidadas en todos los detalles, tanto en la limpieza, en la imagen como en la pintura, mientras las C las más descuidadas. Por lo tanto, le venden más barato a las que tienen la categoría A, algo más caro a las B y mucho más a las C.

Son estrategias para pasar la tormenta en tiempos turbulentos para el sector. De hecho, desde el 2002, bajaron las persianas 2.500 estaciones de servicio de todo el país, 1.200 de las cuales se encuentran en las provincias. Las que más lo sufrieron fueron aquellas con mayor cantidad de bocas: Santa Fe (15% del total país), Córdoba (12%), Entre Ríos (8%), Mendoza (7%) y Tucumán (6%).

“Al vencer los contratos con sus locatarios, las compañías no los iban renovando, pues no querían vender combustible a pérdida, y una boca menos de expendio podía significar un ahorro de 300.000 litros mensuales de gasoil. Como el producto no alcanza a satisfacer la demanda interna, las empresas deben importar un 20%, y debido a los estrictos controles del Gobierno, venderlos por debajo del costo. Por lo tanto, hacían negocio con cada estación que cerraban. A mi me indemnizaron y me pagaron los años que me faltaba para concluir mi contrato para que cierre mi local”, confiesa un ex ejecutivo del sector.

Según cuentan en el ambiente, esta oferta se la hicieron a la mayoría de las estaciones de servicio con denominación C.

Fuente: El Cronista.com

31 – 03 – 09

MT