La Argentina como "lugar de paso" para Brasil y Chile

La semana última se reunieron en San Pablo los representantes del Consorcio que encara una ambiciosa obra de infraestructura entre Chile y la Argentina, un túnel ferroviario de 50 kilómetros a través de la Cordillera, que unirá Mendoza con Valparaíso, que se está denominando Corredor Bioceánico Central.

Encabezada por Hugo Eurnekián, de Corporación América, la reunión contó con la presencia los presidentes de Chile, Michelle Bachelet, y de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, además de la cúpula de la Fiesp (la unión industrial paulista), y ejecutivos de Interoceánica de Chile, Odebrecht de Brasil, y Mitsubishi de Japón, empresas que integran el Consorcio.

La obra demandará 3000 millones de dólares. Se están estudiando alternativas para financiarlo, que contemplan además a la Corporación Andina de Fomento (CAF). En los últimos años, no pocos gobernadores se dejaron seducir por contar con su propio corredor bioceánico. En un país donde la obra pública suele ser el gran motor del crecimiento de varias provincias (por el empleo generado, y porque los créditos conseguidos se repagan, generalmente, en administración futuras), era lógico suponer que cada uno priorizara su paralelo.

Chile impulsa con fuerza este corredor central. Sus puertos también sufren las demoras de más de siete días de los pasos más usados que se cierran en el invierno.

Pero no hay que olvidar que la Argentina es también un país de tránsito entre Chile y Brasil. Y hay un paso conformado por el Sistema Jama, en Jujuy, totalmente asfaltado, terminado, abierto todo el año, que todavía no se aprovecha en todo su potencial.

deNeXos – 04/08/09 – MT

Fuente: La Nación