Necesidades económicas, soluciones políticas.

Las ventas de la industria maderera cayeron más de 20 por ciento en los primeros meses del año, y las exportaciones a Brasil, que representan el 77 por ciento de las exportaciones del sector se redujeron a la mitad. El vicepresidente de FAIMA (Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines) dice que “queremos encontrar una solución de orden político”

-¿Cuales la situación del sector en este contexto económico?
-Acá hay una dualidad de situaciones: la primera es que había desde el Brasil una corriente de negocios muy grande, muy bien manejada por los brasileños, y con afectación en la industria local. La otra es que en la actualidad el mercado de muebles sufrió una caída en las ventas de entre 20 y 30 por ciento, y a eso se suma que la importación desde Brasil cayó 50 por ciento durante enero y febrero.

-¿En todos los sectores de la industria se da el mismo impacto?
-Hay dos segmentos definidos. Uno que esta crisis total, que es el foresto-industrial, que depende del mercado de exportación porque le destina el 80 por ciento de la producción, y eso cayó violentamente con lo cual sostener la mano de obra allí es muy difícil. Luego esta el de bienes finales, que tiene caídas importantes de ventas pero donde los despidos no tiene tanta incidencia porque son empresas pequeñas que tratan de no perder su mano de obra especializada.

-¿Que tan importante es el intercambio con Brasil?
-Es el principal importador de muebles de argentina, y se lleva el 29 por ciento del total de las exportaciones nacionales fundamentalmente en el segmento de medio y bajo nivel, con lo cual afecta ala mayoría de las empresas argentinas. Para tener como referencia, durante el 2008 se alcanzó una cifra récord de importaciones desde Brasil para Argentina por un monto total de US$ 54 millones de dólares, que representan el 77 por ciento de las exportaciones argentinas del rubro.

-¿Qué proponen ustedes para salir de esta situación?
-No queremos que se llegue a la situación de 1999 cuando Brasil se llevaba el 92 por ciento de la producción local del mercado de placards para casas. Pero por otro lado, queremos encontrar una solución de orden político. Nosotros vamos a colaborar en la medida que preservemos las fuentes de trabajo del sector.

-¿Avanzaron al respecto con el Gobierno?
-Trabajamos para ver la posibilidad de implementar una licencia no automática para los productos. Cuando salió, Brasil pidió una reunión que hicimos el miércoles pasado, para ver si encontrábamos un punto de entendimiento.

-¿También plantean cuestiones de trabas regulatorias?
-Justamente, al no tener una licencia no automática, el requerimiento de esa licencia tiene el Estado nacional, puede estudiar el permiso de importación durante un plazo de hasta 60 días según las normas internacionales. Esa demora afecta directamente al comercio. El importador argentino que no puede dar fecha cierta de entrega a sus clientes, se pone a pensar como hacer para cumplir en tiempo y forma su requerimiento.

-¿Cuáles son sus expectativas?
-Evidentemente, si la importación no absorbe determinado volumen de mercado la producción nacional puede resolver su problema. Pero tenemos que mirarlo con mucho criterio, porque por un lado nuestros asociados solicitan acciones de protección, y por otro el Estado quiere encontrar una solución razonable.

Fuente: Carta de Negocios

30 – 03 – 09

MT