La terminal rionegrina, especializada en la exportación de peras y manzanas, profundizará y ensanchará su canal de acceso para recibir buques de mayor porte.
El canal del puerto de San Antonio Este incrementaría su actividad y la operatividad comercial se duplicaría en un plazo estimado de diez años con la ejecución de un proyecto de profundización que permitirá la navegabilidad del puerto durante las 24 horas con embarcaciones de mayor porte.
La obra cuenta con un estudio de factibilidad y un plan de gestión ambiental para minimizar el impacto que produciría el movimiento del suelo en el ecosistema marino del Golfo San Matías, en la costa atlántica de la provincia de Río Negro.
Además, semanas atrás el gobierno provincial anunció el compromiso de la Corporación Andina de Fomento (CAF) para financiar la obra estimada en más de US$ 9.000.000 con un proyecto de dragado y mantenimiento del canal por 3 años, que podría licitarse antes de fines de año.
El proyecto incluye un calado navegable de 9,6 metros de profundidad desde la cota cero, con un ancho de canal de 151 metros, que permitirá incrementar la operatividad del puerto que exporta 640.000 toneladas de fruta al año y actualmente tiene su actividad limitada por las condiciones de la marea.
Se prevé que el tráfico del puerto pasará de 650.000 toneladas de fruta y jugos concentrados a una exportación de 1.073.000 toneladas en 2020 con la incorporación del tráfico de minerales que se producen en la Patagonia Norte como la bentonita y el pórfido.
"Los beneficios están a la vista. Este puerto -que exporta 10.000 contenedores de fruta que deben pasar necesariamente por Montevideo- se puede transformar en un puerto de contenedores, que es a lo que apunta la tendencia mundial", indicó a LA NACION Luis Prieto Taberner, titular del Ente Regulador del Puerto de San Antonio Este (Erpsae).
Actualmente el puerto tiene un calado de poco menos de 3 metros y sólo puede operar cuando la marea supera los 7,5 metros, es decir que sólo cada 12 horas pueden ingresar o salir buques, lo que genera importantes demoras de las embarcaciones y elevados costos.
La principal actividad del puerto de San Antonio Este es la exportación de fruta de pepita (pera y manzana) y jugos de sus derivados que son transportadas a Montevideo donde la carga es transferida a buques de mayor porte para ser trasladada a Europa y a Estados Unidos.
Desde la concesionaria de la terminal portuaria Patagonia Norte apuntaron que un canal de acceso mayor "mejoraría la eficiencia en la salida y arribo de buques que no tendrían el limitante de la marea y principalmente podrían ingresar buques de mayor envergadura".
La mayor profundidad disponible en el acceso se traducirá en ahorros de tiempo y por tanto de costos debido al menor uso de muelle, reducción de esperas de buques en rada de fondeo, reducción de colas de camiones y una mayor eficiencia operativa de la terminal, así como también ampliar la utilidad a otras producciones.
El estudio de prefactibilidad de la profundización del canal de acceso al puerto ejecutado por la consultora Serman & Asociados S.A evaluó tres variables de dragado de distintas dimensiones. Finalmente, el Erpsae optó por una profundidad de 9,6 metros por ser más económica en costos, tener menor impacto ambiental e implicar mínimos plazos y esfuerzos de operatividad.
El proceso llevará 3 años entre el dragado de apertura y el mantenimiento para poder evaluar los procesos sedimentológicos y geomorfológicos costeros y desarrollar un plan de monitoreo ambiental.
La inversión de la obra de profundización del canal de acceso al puerto (US$ 9 millones) contempla un dragado de apertura que demandará 4.140.000 dólares incluyendo la señalización y la inspección de las obras, mientras que se prevé una erogación de 1.600.000 dólares para el mantenimiento del canal en el primer año de ejecución y otros 3.600.000 dólares para los dos años siguientes.
Sólo se dragará el área denominada Banco Palisa en la enfilación de 32 grados, sin realizar tareas de profundización en la enfilación norte de 1 grado.
La ejecución de la obra se realizará con una draga de succión por arrastre con una capacidad de cántara del orden de 3500 m³ y el material dragado (compuesto en un 85% por arena y un 15% por gravas) se dispondrá mar adentro a una distancia de 6 kilómetros.
Los impactos de la actividad y la disposición fueron considerados negativos en todos sus aspectos pero categorizados como "no significativos" debido a la puntualidad de la pluma de dispersión de los sedimentos y la ausencia de contaminantes.
deNeXos – 14/05/09 – MT
Fuente: La Nación
