Protestas en la industria automotriz de EEUU

La huelga iniciada la semana pasada en las automotrices estadounidenses se incrementó este viernes con la adhesión de 38 centros de distribución.

 

Fain: El costo de la mano de obra para un vehículo es de 5%… Podrían duplicar nuestros salarios, no aumentar los precios.


El Sindicato de Trabajadores de las Automotrices de los Estados Unidos (UAW, siglas en inglés de United Auto Workers) incrementó este viernes la huelga que iniciaron el pasado 15 de septiembre contra los principales fabricantes de automóviles, al abandonar las tareas en 38 centros de distribución de repuestos de General Motors y Stellantis en 20 estados.
Las protestas se iniciaron cuando el sindicato, que reúne a unos 146.000 trabajadores de General Motors, Ford y Stellantis, no logró un acuerdo salarial con esas tres empresas con ajustes acordes con el costo de la vida.
Ford se había librado de protestas adicionales y piquetes frente a las planta, porque la empresa aceptó cumplir con algunas de las demandas del sindicato durante las negociaciones de la semana pasada, según dijo el presidente de la UAW, Shawn Fain, quien al ser electo en marzo último afirmó que los trabajadores estaban “hartos del status quo” impuesto por las empresas.
«Hemos logrado algunos avances reales en Ford», dijo Fain durante a los miembros del sindicato. «Todavía tenemos serios problemas que resolver, pero queremos reconocer que Ford está demostrando que se toman en serio la idea de llegar a un acuerdo» y agregó que “con GM y Stellantis, la historia es diferente», por haber rechazado los reclamos de aumentos por inflación, participación en las ganancias y seguridad laboral.

 

 

 

Este viernes, Fain invitó “a todos los que apoyan nuestra causa a unirse a nosotros en el piquete, desde amigos y familiares hasta el presidente de los Estados Unidos». El asesor económico del presidente Joe Biden, Gene Sperling, dijo que el mandatario garantiza “una transición justa” hacia los eléctricos para los trabajadores y el senador Bernie Sanders pidió a los directores de las empresas que «pongan fin a su codicia».
El UAW reclamó 36% de aumento en cuatro años, vinculado con las importantes ganancias de las empresas y los grandes reembolsos a sus directivos; una semana laboral de 32 horas, y el restablecimiento de los planes jubilatorios acostumbrados para los trabajadores recién ingresados. El plan de lucha fue votado por 97% de los afiliados.
Pero, las empresas adujeron no poder acceder a las demandas, porque deben invertir sus ganancias en la transición a vehículos eléctricos. El acuerdo laboral anterior venció el 14 de septiembre y los trabajadores abandonaron una planta de ensamblaje de Ford cerca de Detroit, una fábrica de GM en Wentzville, Missouri, y una de Stellantis en Ohio.
Fain destacó que «el costo de la mano de obra para un vehículo es de 5%… Podrían duplicar nuestros salarios, no aumentar los precios y, aún así, ganarían miles de millones de dólares. Es una mentira como todo lo demás que dicen».
Las negociaciones continuaron el jueves 21, sin que se llegara a un acuerdo ni acercamiento, mientras que como represalia las empresas han comenzado los despidos, aduciendo que algunas plantas se estaban quedando sin componentes debido a la huelga.