Ampliación del Camino del Buen Ayre

Una obra que ya lleva más de tres años de demoras. Esta semana avanzó la licitación para ampliarlo del Acceso Oeste a la autopista a La Plata. Es clave para que menos autos y camiones entren a la Capital. El Estado financiará la obra, que tendrá peajes.

Tras más de tres años de demoras, el Gobierno nacional avanzó con una de las obras viales más importantes para el conurbano bonaerense: la extensión del Camino del Buen Ayre desde el acceso Oeste hasta la autopista Buenos Aires-La Plata. La Dirección Nacional de Vialidad, que depende del ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, abrió los sobres con las ofertas económicas para la construcción de cuatro tramos de autopista, por un total de $ 1.700 millones que pondrá la Nación.

Hoy el Camino del Buen Ayre es una vía rápida de tres carriles por mano que une la Panamericana con la Autopista del Oeste. Pero la gente que necesita ir desde el oeste del GBA hacia la zona Sur (y de allí, por ejemplo, tomar la ruta 2 hacia la Costa) o viceversa tiene pocas y malas opciones. O recorre el Camino de Cintura, históricamente congestionado y en mal estado, o tiene que ir hasta la General Paz y bordear la Capital, un recorrido mucho más largo.

La idea de la obra es extender el Buen Ayre pasando por los municipios de Merlo, La Matanza, Ezeiza, Presidente Perón, San Vicente, Florencio Varela, Berazategui, La Plata y Ensenada. Es el tercer cordón del conurbano, una de las zonas más pobladas del país.

El Administrador General de Vialidad Nacional, Nelson Periotti, explicó: "La obra permitirá que el transporte de carga proveniente del Litoral, del Norte y de Cuyo llegue al sur del conurbano, al Mercado Central y al puerto de La Plata sin tener que ingresar a Capital Federal. A su vez, se reducirán los tiempos de circulación y los costos de los combustibles, y contribuirá a la seguridad vial". La obra también facilitará el acceso al puerto de La Plata, que tiene en marcha un proyecto para ampliar su capacidad y absorber parte del trabajo del puerto de Capital.

La construcción se dividió en cuatro tramos, por un total de 94 kilómetros:

Desde el acceso Oeste hasta el kilómetro 25,5, que tiene una cotización oficial de $ 488 millones.

Desde el barrio 20 de Junio hasta la ruta provincial N° 58, por $ 562,9 millones.

El que va de la ruta N° 58 hasta la ruta N° 53, en el km. 72,6, cuya cotización es $ 321,4 millones.

Desde la ruta N° 53 hasta la Buenos Aires-La Plata, con un presupuesto de $ 394,4 millones.

En estos cuatro tramos se hará una autopista de dos carriles por mano, 12 distribuidores, 41 puentes, 15 pasarelas peatonales y colectoras pavimentadas, más el señalamiento y la iluminación. Según comunicó Vialidad, el plazo de obra es de dos años y medio.

El Gobierno debe ahora analizar las ofertas económicas y definir a los ganadores de cada licitación. Las firmas que quedaron mejor ubicadas para los distintos tramos son IECSA (vinculada a la familia Macri), Cartellone S.A., y la UTE formada por Perales Aguiar, CPC, Contreras y Electroingeniería (esta última, cercana al kirchnerismo).

La apertura de los sobres significa un avance concreto para una obra que viene muy demorada. El proyecto había sido presentado a fines de 2005, pero la puesta en marcha de las licitaciones recién se concretó un año después.

La obra se concibió bajo el esquema de "iniciativa privada". Un consorcio argentino-canadiense encabezado por la constructora Perales Aguiar le presentó a la Nación el proyecto, que llamó a licitación. Perales Aguiar compite como todos, pero como fue el iniciador cuenta con algunas ventajas: si su oferta es hasta 5% más cara que la mejor, gana igual; y si es entre un 5% y un 20% puede pedir un repechaje. Esto, porque se entiende que invirtió dinero en el estudio previo.

deNeXos – 13/07/09 – MT 

Fuente: Clarín