Industriales chicos aprueban las trabas a las importaciones

Pequeños y medianos industriales defendieron ayer la aplicación de licencias no automáticas a las importaciones como herramienta para sostener la producción local, al tiempo que el gobierno brasileño informó que la "principal queja" presentada por los empresarios de su país está relacionada con las demoras en el otorgamiento de esos permisos.

"El control del comercio internacional es algo básico para que nosotros podamos recuperarnos", dijo el presidente de la Cámara Industrial de las Manufacturas del Cuero y Afines, Raúl Zylbersztein, en el cierre de una muestra del sector. "Las importaciones no están cerradas. Para nada", y contó que gracias a las licencias no automáticas se redujeron a la mitad los importadores de su sector. A su lado, Alberto Sellaro, de la Cámara de la Industria del Calzado, elogió los valores mínimos de referencia que fijó el Gobierno para la importación de calzado no deportivo (US$ 15,50 el par) porque permitirán sustituir 3 millones de pares chinos por producción local.

Similares posiciones expresaron algunos empresarios que ayer participaron en Brasil de las negociaciones sectoriales, como Pedro Bergaglio, de la Fundación Pro Tejer. "A Dios gracias que tenemos licencias, porque si no, los ratios de capacidad ociosa, que hoy son del 30 por ciento, serían mucho más amplios", dijo. Aunque ninguno de los nueve sectores que viajaron firmó un acuerdo final con sus pares brasileños, en general el clima fue optimista a futuro.

En paralelo, hubo una reunión entre el subsecretario de Política y Gestión Comercial, Eduardo Bianchi, y el viceministro de Desarrollo de Brasil, Iván Ramalho. Bianchi explicó que estas medidas no son las responsables de la caída del comercio bilateral y agregó que permiten que los productos brasileños les ganen mercado a los chinos. Ramalho dijo que ahora está "más distante" la posibilidad de que su país haga un planteo ante la OMC, pese a las quejas de los industriales por las demoras.

deNeXos – 29/08/09 – MT

Fuente: La Nación