Inversiones argentinas en Brasil no superan los u$s 400 millones

Especialistas en integración regional expusieron diferentes visiones de la relación con Brasil en tiempos de crisis, en un seminario desarrollado en la sede del CARI. Además de la pérdida de posiciones de Argentina en el mercado brasileño entre 2003 y 2007, que pasó de 9,2 a 8,6 puntos, hay diferencias en relación con las inversiones en ambos países.
 

Entre 2003 y 2007 México participó con casi u$s 3.000 millones en las inversiones extranjeras directas que recibió Brasil frente a 931 millones que aportó Uruguay, 869 millones de Chile y 400 millones de Colombia. Las inversiones de Argentina, a pesar de ser el socio estratégico natural de Brasil, sólo sumaron u$s 388 millones, además de que mientras es notoria la presencia de grandes empresas de capitales nacionales en los distintos rubros industriales brasileños, Argentina “no ha podido superar la instancia de las pymes”.

Un elemento a tener en cuenta para entender el estado actual de la relación bilateral tiene que ver con la disparidad entre las estructuras industriales de uno y otro país. Frente al argumento de que las inversiones transnacionales son un fuerte condicionante de la integración, el economista y titular de Abeceb.com, Dante Sica respondió que es notoria la presencia de grandes empresas de capitales nacionales en los distintos rubros industriales brasileños mientras que Argentina “no ha podido superar la instancia de las pymes”.

La realidad marca que a pesar de la gran cantidad de subsidios estatales que ha recibido el sector industrial argentino y del beneficio de un tipo de cambio favorable durante varios años, ha sido poca la participación que lograron los capitales argentinos en el mercado vecino.

Otro dato significativo se deriva de un informe de la Organización Mundial del Comercio (OMC) en lo que hace a importaciones de mercaderías de Brasil, que muestra que Argentina ha perdido posiciones en el mercado brasileño entre 2003 a 2007, pasando de 9,2 a 8,6 puntos. Es cierto que también perdieron terreno EE.UU. y la Unión Europea, pero es un hecho que las compras de Brasil siguen aumentando y no es casual que mientras los demás países bajaron su participación en el comercio brasileño, China pasó de una cuota de 4,4 a 10,5%, con el aditamento de que los productos que coloca en Brasil no son precisamente commodities.

Esas mismas cifras dicen que entre 2003 y 2007 México participó con casi u$s 3.000 millones en las inversiones extranjeras directas que recibió Brasil frente a 931 millones que aportó Uruguay, 869 millones de Chile y 400 millones de Colombia. Las inversiones de Argentina, a pesar de ser el socio estratégico natural de Brasil, sólo sumaron u$s 388 millones. “Estos flujos se verificaron incluso en momentos en que la paridad cambiaria favorecía a la Argentina, es decir que estamos entrando al túnel profundo de lo que está sucediendo en la región”. En su intervención, Félix Peña pidió distinguir de ahora en más entre la diplomacia mediática “de fuegos artificiales” y otra encaminada a recuperar protagonismo en el concierto mundial. “No confundamos proyección internacional con visitas y reuniones”, exhortó.


El debate por las licencias no automáticas

Las quejas de empresarios paulistas que se escucharon en los últimos meses debido a las barreras proteccionistas impuestas al otro lado de la frontera, reflotó la discusión por la conflictiva relación bilateral. Pero muchos hoy se preguntan cuál es la discusión de fondo detrás de la polémica por las licencias no automáticas que se han instalado en los últimos meses, teniendo en cuenta que el comercio alcanzado por esas medidas se reduce a sólo un 5% del intercambio bilateral. Para explicar la virulencia de la discusión actual, Sica recordó el peso del clima político interno en Brasil. “En FIESP se está recibiendo por semana entre 3 y 4 quejas de empresarios paulistas por problemas en la frontera” con Argentina, y resaltó que aunque la popularidad de “Lula” da Silva es alta, “la principal crítica que le hace la industria brasileña es que hasta ahora su administración fue muy condescendiente con Argentina”, alertó. En opinión del experto, los límites de las autoridades brasileñas también se están achicando al haber ya ingresado en terreno de elecciones, por lo que “hay una pérdida de paciencia generalizada” hacia los reclamos argentinos. “La industria brasileña, además, está pensando por afuera de la región, y si bien el mercado argentino es importante, los intereses de Brasil están cada vez más afuera de la región”, apuntó.


Preservar el Mercosur

Pese a que la relación argentino-brasileña parece estar entrando otra vez en zona de turbulencia, el consenso entre los especialistas sigue inclinándose a favor de preservar el Mercosur de la coyuntura. “No creo que Brasil se haya separado de nuestro país aunque sí es verdad que hay una “paciencia estratégica” hacia Argentina –afirmó Félix Peña- Porque saben que esta relación es estratégica es que están dispuestos a mantener ese principio; no creo que sea buena idea abandonar el Mercosur porque los tiempos han cambiado, al contrario, hay que mantenerlo porque es una política de estado, aún sabiendo que se va a avanzar lentamente en sus objetivos”. Del mismo modo, el embajador argentino ante Naciones Unidas, Fernando Petrella, opinó que “los problemas del Mercosur se resuelven hablando de ellos con Brasil y teniendo siempre en claro que si decidimos encarar la integración en los años 80, debemos tener presente que el hecho de que ese equilibrio esté afectado ahora por la crisis no tiene que herir el tejido del espíritu de integración”, subrayó.

A la hora de hacer un pronóstico y aventurar qué se puede esperar en este nuevo conflicto entre empresarios, es útil recordar cómo se resolvieron las experiencias de crisis anteriores, como la crisis asiática de 1998, la devaluación del real en 1999 y la salida de la convertibilidad en 2001. En todas ellas
se advierte que al final primó la valoración política del bloque, con una visión de valor estratégico que, señala Félix Peña, normalmente es aportada por los presidentes de los países miembro. “La experiencia demuestra que todo al final se resuelve a través de acuerdos
empresarios de restricción voluntaria” de cuotas de ingresos de productos, sostuvo.