Es por la postergación de los pagos por reintegros y devoluciones de IVA.
La deuda que mantiene la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) con los exportadores por los atrasos en el pago de reintegros a las ventas externas superó los $ 1000 millones. Si se agregan las devoluciones del IVA no realizadas, el monto asciende a más de $ 2000 millones. Las cifras fueron difundidas ayer por la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA), que advirtió que las demoras "están agobiando la estructura financiera de la exportación".
La entidad que agrupa a los principales exportadores del país emitió ayer un comunicado. Fue la primera vez que la cámara se expidió formalmente sobre este tema, luego de que semanas atrás el jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray, pusiera en duda la transparencia y la legalidad de algunas operaciones de comercio exterior. Echegaray dijo entonces que el 70% de los reclamos por atrasos en los pagos de reintegros y devoluciones de IVA estaba vinculado a transacciones que se concretaron a través de algún paraíso fiscal. Por eso, indicó, los pagos quedarían suspendidos hasta que se termine de investigar cada caso.
Difícilmente un exportador lo diga en voz alta, pero muchos creen que las demoras en los pagos están vinculadas con los problemas de caja que enfrenta el Gobierno y no con las investigaciones que se iniciaron por supuesta evasión impositiva. El presidente de la CERA, Enrique Mantilla, dijo ayer a LA NACION que el tema se discutió "en los máximos niveles" del Gobierno y que siempre surgió la misma respuesta: "Estamos investigando posibles triangulaciones".
El comunicado que emitió la entidad no lo dice expresamente, pero en uno de sus párrafos lo sugiere al hablar de una "estrategia fiscal de corto plazo". El párrafo en cuestión dice: "Mientras los países del G-20 están apoyando a sus exportaciones aprovechando los centros financieros como, por ejemplo, lo hace China con Hong-Kong, en nuestro país, con la actual política de demora de los reintegros, el Estado le coloca, de hecho, una deuda a la exportación -al margen de la ley de promoción de exportaciones-, como una estrategia fiscal de corto plazo".
"La defensa del mayor valor agregado en nuestras exportaciones exige que una política de corto plazo no afecte las políticas de largo plazo", agrega.
El ajuste no fue menor. En el primer cuatrimestre de 2008 la AFIP pagó reintegros por $ 1075 millones. Este año, en el mismo lapso, los pagos se recortaron a $ 200 millones. En otras palabras, el Gobierno devolvió en los primeros meses del año anterior cinco veces más que lo que devolvió este año. Voceros de la AFIP no respondieron ayer sobre cuál era el monto adeudado a exportadores.
Mantilla se refirió a otra faceta del problema: si un exportador realizó varias operaciones y sólo una la concretó a través de un paraíso fiscal, como por ejemplo Uruguay, todas quedan en tela de juicio bajo la mirada de la AFIP. "Es un modelo de culpa colectiva", sintetizó.
El directivo reiteró un concepto que dio a principios de abril, cuando Echegaray puso en duda la transparencia de los exportadores que operan con paraísos fiscales: el organismo cuenta con las herramientas de control necesarias para monitorear la legalidad de las operaciones de comercio exterior. "En 2005 se hizo una prueba sobre todos los sistemas de controles. Fue un test de eficiencia de la capacidad de la AFIP y demostró que estaba en condiciones de fiscalizar adecuadamente. Está demostrado que se puede investigar sin interrumpir la devolución", sostuvo Mantilla.
Al presentar las cifras sobre la recaudación impositiva de abril, Echegaray confirmó que la AFIP pagará reintegros y devoluciones sólo a los exportadores que se sometan a los controles y "actúen con transparencia".
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Fuente: La Nación
