Ni Barbie se salvó de la guerra de Moreno a las importaciones

Comerciantes alertan que faltará stock de juguetes por las trabas para ingresar productos del exterior.

El nuevo enemigo de Guillermo Moreno tiene nombre, pero no apellido. Se trata de Barbie, la popular muñeca, cuyo ingreso en la Argentina se ve frenado por las restricciones a prácticamente todas las importaciones que impuso el secretario de Comercio Interior.

La marca Barbie pertenece a la compañía norteamericana Mattel, que hasta ahora es una de las principales perjudicadas por las restricciones a las importaciones que rigen no sólo para la industria juguetera, sino también para una lista cada vez más amplia de sectores de consumo masivo.

En todos los casos, la política que defiende Moreno es demorar el ingreso de productos desde el extranjero para contrarrestar la fuga de capitales. La única forma de sortear esta barrera es que la empresa importadora se comprometa por escrito a realizar una exportación por una cifra similar, de manera que a fin de año cada compañía pueda exhibir un balance equilibrado entre las compras y las ventas al exterior.

Para aplicar esta política, Moreno se vale de las licencias no automáticas, un régimen que se viene aplicando en diferentes sectores de la economía desde 2005, pero que ahora pasó a ser una de las herramientas más valiosas para Comercio Interior. En teoría, las licencias no automáticas deben librarse en un plazo máximo de 60 días, pero en los hechos las empresas se quejan de que tienen los contenedores parados en la Aduana desde hace más de 200 días.

En el caso puntual de los juguetes, además muchas empresas sostienen que les resulta imposible cumplir con el requerimiento de Moreno de concretar alguna exportación, ya que trabajan con una gran cantidad de productos importados, principalmente desde China, que es el país que domina la fabricación de este tipo de artículos en todo el mundo. En el sector explican que las demoras en la aprobación de una partida importada no son un dato menor, dado que el mercado del juguete tiene un alto nivel de estacionalidad: más del 60% de la demanda se concentra entre el Día del Niño y las fiestas de fin de año, con lo que las ventas que no se concreten en los próximos diez días se perderán definitivamente.

"Este año no va a haber ni la cantidad ni la calidad de juguetes de otras temporadas. Hay muchos lanzamientos que no van a estar en el mercado por las demoras que existen para ingresar productos desde el exterior", alertó Carlos Restaino, director de la Asociación Argentina de Empresas del Juguete y Afines (Aadeja).

De acuerdo con las estimaciones del sector, el mercado del juguete en la Argentina mueve cerca de $ 600 millones anuales, de los cuales un poco más de la mitad corresponde a las importaciones, que el año pasado sumaron US$ 100 millones. En el sector aseguran que sus ventas ya venían golpeadas por la crisis, lo que se tradujo en una baja del 10% en la demanda en los primeros meses del año, aunque para este Día del Niño pronostican que la caída podría llegar al 25% como producto de la falta de stock.

"El primer problema que estamos enfrentando son los atrasos en las entregas, lo que complica toda nuestra logística. Y en segundo lugar también estamos sufriendo por la falta de productos importados, como algunas muñecas de marca o los juguetes de radio control", explicaron en la cadena de jugueterías Carrousel.

En forma más concreta, en el mercado reconocen que la firma más afectada por esta política será Mattel y en este sentido apuntan que en la plaza argentina prácticamente no se consiguen los últimos modelos de las muñecas Barbie ni de los autitos Hot Wheels. "Lo que queda en el mercado son algunos stocks que sobrevivieron de temporadas anteriores o algunas importaciones puntuales que pudieron ingresar los grandes hipermercados", explicaron en otra cadena de jugueterías.

La disposición morenista de que para importar un producto es necesario realizar una exportación por un monto similar fue comunicada por el propio secretario de Comercio a las empresas jugueteras en una reunión realizada hace tres semanas. Y en el sector reconocen que el funcionario está cumpliendo con su palabra de agilizar los trámites para las firmas que se avienen a esta particular política de comercio exterior.

"A las empresas que se comprometieron por escrito a exportar por un monto similar al que importan los expedientes en la Dirección de Lealtad Comercial se les agilizaron, aunque hay muchas compañías a las que les resulta muy difícil reconvertir su negocio para comenzar a exportar", explicó Restaino.

Los grandes importadores critican el alto nivel de discrecionalidad de la política oficial. "El Gobierno tiene el derecho a imponer las medidas que considera necesarias para proteger a un sector, pero en lo que no estamos de acuerdo es en que estas normas no estén escritas ni tengan un carácter más formal", explicó Diego Pérez Santisteban, vicepresidente de la Cámara de Importadores.

 

deNeXos – 28/07/09 – MT 

Fuente: La Nación