Un contexto adverso, pero con futuro promisorio - Por Debora Giorgi

A partir de septiembre del año pasado, fruto del estallido de varios segmentos de alto riesgo del sistema financiero, conocimos la mayor crisis internacional de los últimos 50 años. En tan sólo dos trimestres cambió por completo la realidad del mundo tal cual la conocíamos, y a partir de la cual efectuábamos nuestras previsiones de política y de negocios. Rápidamente el crack financiero se trasladó al sector real, registrándose un fenomenal retroceso en la producción y el comercio internacional. Frente al deterioro generalizado de los indicadores económicos globales, Argentina muestra un desempeño relativamente alentador en materia de exportaciones.
 


Durante el primer semestre de 2009 las exportaciones argentinas de bienes manufacturados, de origen agrícola e industrial, que representan el 70% de nuestras ventas, se contrajeron un 9,2%. Esta caída, para ser analizada requiere ser contextualizada entendiendo la situación que atravesamos. En Estados Unidos la caída es prácticamente del doble o en Europa tres veces ese valor. Si comparamos con lo acontecido en países de la región observamos lo mismo. Brasil registra un descenso del 30,4% y Chile el 20,7%. Así, en el momento más competitivo del mercado mundial vemos cómo la Argentina consolida la estructura exportadora que conformó en los últimos años. Donde, entre 2004y 2008, las exportaciones se duplicaron aumentando en US$ 35.000 millones, al tiempo que se diversificaron los mercados en los que vendemos y la oferta de productos que colocamos.

¿Qué es lo que ocurrió en la Argentina durante los primeros momentos de 2009? El Estado, que había recuperado su rol de generador de políticas activas, orientadas al crecimiento con inclusión, actuó para contener los efectos de la crisis mundial y apalancar el sostenimiento del esfuerzo exportador del sector privado. Así, instrumentó un conjunto de medidas tendientes a proteger y mantener pujante el mercado interno. Estas medidas van en el mismo sentido que las adoptadas por muchos otros países aunque con desembolsos mucho más modestos que los observados en otras naciones. El gasto en políticas activas de las principales economías mundiales fue de US$ 5,6 billones, incluyendo ayudas financieras y estímulos al sector real, en América latina fueron US$ 206.000 millones de los cuales el 61% correspondió a Brasil.

Desafíos

Finalizado el segundo trimestre de 2009 vemos que, gracias a la intervención pública, las condiciones financieras internacionales han mejorado más de lo esperado, el ritmo de contracción de la actividad económica está moderándose y se espera que la mejora se traslade al comercio. Argentina, en este contexto adverso pero con señales que permiten abrigar esperanzas de un futuro promisorio en virtud de las menores restricciones financieras, el dinamismo de los grandes mercados emergentes de Asia y América latina y las complementariedades que con ellos tenemos, se enfrenta al desafío de continuar consolidando una especialización comercial virtuosa.

El tránsito al desarrollo sustentable tiene que ver con incentivar la integración entre empresas, sectores y cadenas productivas. Esta es la base indispensable para alcanzar una inserción internacional virtuosa basada en una corriente de comercio y de inversiones desde y hacia nuestro país. El objetivo es perfeccionar en forma permanente una canasta exportadora que incorpore de modo progresivo productos de alto contenido tecnológico o alto grado de innovación, mayor valor agregado y una permanente diversificación y apertura de mercados en los cuales podamos ofrecer saldos exportables crecientes.

deNeXos – 15/09/09 – MT 

Fuente: La Nación